El gobierno dio luz verde a la reapertura de piscinas, pero con unas condiciones específicas. En primer lugar, deberá contar con el visto bueno de las autoridades locales.
El lineamiento cobija a piscinas de uso colectivo abiertas al público en general, es decir las ubicadas en centros vacacionales o recreacionales, escuelas, hoteles y similares. También a aquellas de uso restringido, no abiertas al público en general, como las ubicadas en clubes privados, condominios o conjuntos residenciales. Igualmente, a aquellas de uso terapéutico.
Entre las exigencias del gobierno están que, para piscinas cubiertas, el aforo sea de una persona por cada nueve metros cuadrados, mientras que al aire libre será de una persona por cada seis metros cuadrados.
El lugar deberá contar con una zona de limpieza y desinfección. Usuarios tendrán que mantener una distancia de mínimo dos metros, a excepción de los miembros del mismo núcleo familiar.
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Instructores de natación portarán el tapabocas o una careta, al igual que los usuarios, cuando estén fuera de la piscina.
También se tomará la temperatura de empleados y usuarios antes del ingreso.
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El establecimiento o inmueble con piscina que no cuente con la infraestructura necesaria para aplicar los protocolos no podrá habilitar el servicio.
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