No se sabe si es más descarado el ladrón o la justicia, dicen en Barranquilla. Lo acusan de hurto, porte de armas, concierto para delinquir y fuga de presos.
En 2012, por un video de una cámara de seguridad de una óptica, los barranquilleros conocieron a Rafael Toro Pote, en el momento en que le arrebataba la cartera a una mujer que había sacado dinero de un banco. debido a la presión de las autoridades, el hombre se entregó.
Pero muy pronto, la ciudadanía volvió a saber de él, a través de otro video, en enero de 2013, cuando asaltaba al dueño de una licorería. En diciembre del mismo año fue capturado al saberse que conformaba una banda que cometió un asaltó en un club del norte de Barranquilla.
En 2015 nuevamente la Policía lo sorprendió delinquiendo, esta vez en el departamento del Magdalena.
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Toro Pote fue enviado varias veces a la cárcel y también fue beneficiado con medida domiciliaria, la cual violo en múltiples ocasiones.
Este martes, nuevamente, fue detenido. Mientras las autoridades pensaban que cumplía casa por cárcel, se paseaba en una moto por una calle de la ciudad.
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“Es una persona que ha estado 18 veces inmersa en esta clase de delitos, en asaltos, en hurtos, en fuga de presos”, dijo el coronel Mauricio Pérez, subcomandante de la Policía de Barranquilla.
¿Por qué se registran hechos como este en el que un hombre reincidente, con estos antecedentes penales, quedan libres o gozando de detención domiciliaria? Intenta explicarlo Diego Muñetón, abogado penalista: “el sistema es garantista y una persona, así haya sido capturada en situación de aparente flagrancia, tiene unos derechos que hay que resguardarlos”.
El ladrón de la óptica, como también se le conoce, fue llevado a la URI de la Fiscalía.