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El Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario de Colombia (INPEC) reportó otra reciente fuga de un reo en el municipio de Itagüi. El incidente, según se conoce de manera preliminar, se presentó el pasado 8 de diciembre, luego de que el privado de su libertad identificado como Dairo Arcadio Zapata Mazo, lograra evadir los respectivos controles de seguridad implementados.
Se supo que el sujeto que logró escaparse de este lugar fue identificado como Dairo Arcadio Zapata Mazo, un hombre condenado a 35 años de prisión por los delitos de extorsión, secuestro, desaparición forzada y concierto para delinquir. Zapata, quien sigue siendo buscado por las autoridades, se ubicaba en el pabellón número 2 de la Cárcel y Penitenciaria con Alta y Media Segridad La Paz. Por ahora, las autoridades se encuentran haciendo esfuerzos para dar con el paradero del delincuente.
La huida de Zapata se da en el marco de la investigación que aún está en curso por la misteriosa evasión de David Nieves Mosquera de la cárcel La Picota de Bogotá hace pocos días. Nieves Mosquera, condenado a 28 años por extorsión, utilizó una modalidad conocida como el "cambiazo", una estrategia de escape que, según el director del centro penitenciario, no se registraba en el INPEC hace más de dos décadas, lo que subraya el deterioro de los controles.
En el caso de La Picota, Nieves Mosquera intercambió roles con un visitante —quien se hizo pasar por el recluso para permitir la salida del verdadero criminal—, evadiendo la vigilancia y logrando salir del recinto como un civil. Esta maniobra fue facilitada por fallas humanas y tecnológicas, pues la perito encargada de la reseña de identificación habría validado positivamente la huella dactilar del falso prisionero, dificultando la notificación de la novedad.
El uso del "cambiazo" por Nieves Mosquera, y ahora la presunta corrupción que facilitó la salida de Rentería, confirman que las vulnerabilidades del sistema penitenciario colombiano son variadas y profundas, abarcando desde la infiltración criminal y el soborno, hasta la obsolescencia tecnológica en los procesos de identificación biométrica. Ambos incidentes, separados por pocos días y ocurridos en diferentes centros carcelarios, han puesto el foco en la urgente necesidad de implementar no solo medidas anticorrupción más estrictas, sino también tecnología moderna, como el reconocimiento biométrico, para evitar que delincuentes peligrosos sigan aprovechando las fallas estructurales del INPEC.
El ministro de Justicia y del Derecho (e), Andrés Idárraga Franco, se pronunció al respecto e hizo un especial llamado a la celeridad y avance en las investigaciones, puesto que solo durante este fin de semana se presentaron dos fugas que encendieron la preocupación entre los colombianos; uno acontecido en la cárcel La Picota a través de la modalizad de 'cambiazo' y otro, el más reciente, en esta cárcel antioqueña.
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"Este fin de semana el país conoció de dos fugas de centros de reclusión. Dos personas de centros de reculsión; dos personas privadas de la libertad con importante nivel de peligrosidad que nos generan de nuevo unas alertas sobre qué está pasando al interior de estos centros de reclusión del orden nacional. Por ello, y por ahora, le he solicitado a la UIAF para que, en coordinación con el director del INPEC, hagan un rastreo y verificación de cualquier persona que pueda estar vinculada a este tipo de fugas; bien sea personal administrativo o de guardias, o bien personas que estén visitando el centro penitenciario en este contexto de fuga. Esperamos, con ello, descartar cualquier tipo de posibilidad de reportes de operación sospechosa que pudera estar vinculado con esto pero que, de confirmarse, sea trasladado de inmediato a la Fiscalía para contribuir en la investigación", dijo el funcionario.
JULIÁN CAMILO SANDOVAL
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