
Episodios de vómito, deshidratación y malestar: estos son los síntomas que uno de los tres miembros de la familia bogotana, que apareció muerta dentro de la habitación de un hotel en San Andrés, experimentó antes de fallecer. Así lo denunció Mayerli Andrea Canro, hija de una de las víctimas, quien reveló un detalle clave en entrevista con Noticias Caracol en el estado de salud de uno de los involucrados en el trágico suceso.
(Lo último: Lo que encontraron en habitación de familia que murió en San Andrés: maletas y más detalles clave).
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La familia, integrada por Tito Nelson Martínez Hernández, Viviana Andrea Canro Zuluaga y su hijo menor de cuatro años, Kevin, había viajado desde Bogotá hacia San Andrés con motivo de un viaje familiar para celebrar el Día del Padre y el cumpleaños de la abuela materna. El plan, según explicó Mayerli, había sido organizado y pagado por su madre con casi un año de anticipación. Las víctimas fueron halladas muertas la mañana del 11 de julio en una habitación frente al mar. Aunque los reportes preliminares apuntaban al Hotel Portobelo Convention, la hija mayor de Viviana aseguró que la reserva había sido hecha en el Hotel Toné 2, según mensajes y audios enviados por la propia fallecida.
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De acuerdo con el coronel James Totena Girón, comandante de la Policía de San Andrés, el primer llamado a las autoridades se recibió hacia las 7:30 a. m. del 11 de julio. “Cuando llegan a este establecimiento de hospedaje se encuentran con esta lamentable escena donde hay dos personas adultas y un menor fallecido, ya sin signos vitales”, dijo el oficial en entrevista con Noticias Caracol. La habitación fue acordonada y la Policía Judicial, junto con el CTI, se encargó de realizar la recolección de pruebas.
El hallazgo lo hizo Orlando Canro, padre de Viviana Andrea, quien relató que fue a buscar a su hija tras no recibir respuesta al tocar varias veces su puerta ni obtener comunicación telefónica. “Nos preocupamos, bajamos… golpeamos, golpeamos. Nos cansamos de golpear y no nos abrieron. Timbramos, llamamos por teléfono y nada”, relató. En medio de la creciente angustia, solicitó en recepción que le prestaran las llaves. Aunque en un primer momento se negaron, finalmente accedieron y enviaron a una empleada de aseo para abrir la puerta. “Entré y vi el hallazgo de mi hija en el piso, totalmente desnudita. Corrí, le puse una cobijita y comencé a entrar en pánico porque mi esposa venía detrás mío”, contó.
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Mayerli, junto con su hermano, fueron los únicos de los hijos de Viviana que no asistieron al viaje. La joven quedó a cargo del salón de belleza de su madre, mientras sus padres y el pequeño Kevin partían desde Bogotá el 9 de julio. El vuelo llegó a la isla sobre las 8:30 a. m., y tenían previsto regresar el domingo 13. A través de videollamadas diarias, Mayerli se mantenía al tanto del viaje, hasta que recibió una información preocupante: el estado de salud de su hermano menor.
El repentino malestar al llegar a San Andrés: la señal denunciada por la hija de una de las víctimas
Los primeros signos de alarma surgieron apenas llegaron al hotel. Según Mayerli Andrea, su madre le comunicó que el niño presentaba síntomas tras arribar al hospedaje. “Mi hermanito, mi Mati de 4 años… mi mamá me dijo que ellos llegaron sobre las 10 al hotel y me contó: 'Mi Mati llegó malito, se me enfermó, está que vomita', dijo que era raro”, relató en entrevista con Noticias Caracol. El malestar persistió: al día siguiente, el pequeño continuó vomitando y no mostró señales de mejoría.
Orlando Canro, abuelo del niño, también recordó que el menor comió lo mismo que los adultos, aunque en menor cantidad, y señaló que “estaba deshidratado”. Según explicó, durante el jueves —día previo a la tragedia— compartieron todos juntos. Estuvieron en la playa, tomaron bebidas y comieron sin notar, en ese momento, ninguna irregularidad. “Nos tomamos unas cervezas, nos tomamos aguardientes y comimos y nos despedimos bien. Mi hija me dijo: ‘Papito, mañana madrugamos, vamos a alquilar un carrito y nos vamos a recorrer la isla’”, recordó.
La noche anterior, sin embargo, Viviana le manifestó a su hija que algo no estaba bien con el ambiente en el cuarto donde se alojaban. “Esa noche también me dijo que sentía un olor extraño en esa habitación, pero no se sabía qué olor era”, declaró Mayerli. Los padres y el niño estaban en una habitación doble, contigua a la que ocupaban los abuelos. Desde el primer día, Viviana mostró inconformidad con el estado del lugar.
"En un mensaje ella me dice: 'Todo ha cambiado tanto, los cuartos están sucios, no les hacen aseo'. La primera noche que llegaron dijo que estaba sucio, 'está feo, huele feo'", denunció Mayerli, quien aseguró que su madre intentó sin éxito cambiar de habitación. “Necesito que me cambien”, insistió Viviana ante la recepción del hotel, pero no obtuvo respuesta. Ahora, la familia solicita que se entreguen los videos en los que se vea a Viviana reclamando por el mal olor y la suciedad en el hospedaje.
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Orlando Canro reforzó esta versión. Señaló que desde el mismo miércoles en la noche, la familia notó problemas con la limpieza del lugar. “Yo bajé a decirle a ella: 'Mamita, qué horrible esa habitación, está muy cochina, sucia, sin toalla, sin papel higiénico, sin nada'. Y ella me dijo, 'Uy, papito, a mí no me gustó este hotel, esa pieza huele a feo'. Yo no sé, tenía un olor como a maluco, como moho. Lo pasamos así desapercibido y mire las consecuencias", lamentó.
Lo que arrojó el primer estudio de la autopsia en el menor de la familia
Los primeros indicios de Medicina Legal parecen descartar una intoxicación alimentaria o la presencia de sustancias ingeridas. Según informó Orlando Canro tras visitar el instituto forense, “me comentaron que al niño ya le habían hecho la autopsia y que el resultado dio una hipótesis de que no le encontraron nada extraño en el estómago, que estaba limpio, que tenía una espuma normal, y el hígado lo tenía limpio”. Con base en ese análisis, la familia sigue esperando respuestas más concluyentes que expliquen qué pudo haber ocasionado la muerte simultánea de tres personas.
Mientras tanto, los cuerpos de Viviana y Tito Nelson fueron sometidos a autopsias durante la tarde del mismo día. El proceso, según les indicaron, podría demorar entre seis y ocho horas por cada uno. “En la tarde estaban mi yerno y mi hija en la autopsia, para ver los otros resultados, y que eso se demoraba entre seis u ocho horas por cada uno”, dijo Orlando. Por ahora, los hallazgos sobre el menor parecen ser una pista clave: su cuerpo no presentaba señales visibles de envenenamiento, lo cual refuerza la teoría planteada por el abuelo sobre una posible intoxicación ambiental, como gases o sustancias en el aire de la habitación.
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El hotel, según señaló la familia, se ha hecho responsable del traslado de los cuerpos de regreso a Bogotá. “Ya estaba pagando ese plan con ida y regreso, entonces el hotel se ha hecho cargo de eso, y pues ellos se están encargando del traslado de nosotros y de ellos”, aseguró Orlando. Pero para él, eso no basta. Su petición es clara: “Yo no quiero irme sin ellos. Nosotros vinimos cinco, nos vamos cinco. Solo yo con mi esposa no nos vamos. Nos vamos los cinco como llegamos. Eso es lo que siempre les he dicho”.
LAURA NATHALIA QUINTERO ARIZA.
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