
"Era una familia muy feliz. Éramos una familia muy feliz", reitera Mayerli Andrea Canro, la hija mayor de Viviana Andrea, la mujer que, junto a su esposo, Tito Nelson Martínez Hernández, y su hijo pequeño de solo cuatro años, fallecieron en una habitación de hotel en la isla de San Andrés. La noticia de la muerte de su familia llegó a su vida el viernes 11 de julio, la misma mañana en la que su abuelo, Orlando Canro, los encontró sin signos vitales dentro del hospedaje.
Mayerli, junto a su hermano, de 23 y 25 años, respectivamente, son los únicos miembros que no pudieron asistir a las vacaciones que habían sido planeadas y pagadas por Viviana desde hace aproximadamente un año con el propósito de celebrar el día del Padre y el cumpleaños de su abuela. La joven recuerda ver a los cinco partir el miércoles 9 de julio con la promesa de un viaje lleno de descanso y con un regreso que, hasta el momento, no se ha dado.
Últimas Noticias
De acuerdo con la hija mayor, el plan de su madre era "vivir el día a día, disfrutar día a día con sus padres" en la isla, a donde ya habían ido en el pasado.
Publicidad
La joven indicó que llevaban 12 años residiendo en la capital como familia, ciudad de donde su mamá y sus abuelos eran oriundos. Viviana, por su parte, era dueña de un salón de belleza en el que trabajaba junto a Mayerli, mientras que Nelson transportaba a niños en una buseta que tenía. En entrevista con Noticias Caracol, la mujer resaltó que eran personas que no se merecían el destino que vivieron en aquel alojamiento: "Era una familia transparente donde solo vivía y reinaba el amor y el respeto entre todos. Nelson era un hombre muy pasivo, muy tranquilo. Muy amable, respetuoso. Mi mamá también una mujer íntegra, llena de valores, responsable y muy amorosa".
La situación que terminó en tragedia, según asevera Mayerli Andrea, pudo haberse evitado y aseguró que contrario a versiones que hablan de un presunto asesinato, dicha hipótesis no podía ser posible: "En esta casa no se veía el maltrato entre ellos, no se veía y no fue envenenamiento ni un homicidio con entre ellos, no lo fue y no fue así".
La última llamada que hizo la familia bogotana antes de morir en San Andrés: "Yo me ocupé"
La noche anterior a su muerte. Ese fue el momento en el que tuvieron lugar las últimas interacciones de los esposos y del pequeño con sus familiares. El abuelo del menor y padre de Viviana Andrea, Orlando Canro, habló con Noticias Caracol y detalló que, de hecho, ese jueves 10 de julio estuvieron todo el día juntos en la playa hasta que el sol se fue.
Publicidad
"Nos tomamos unas cervezas, nos tomamos aguardientes y comimos y nos despedimos bien", recordó Orlando y añadió que la reunión se extendió hasta las 8 p. m. cuando decidieron ir cada uno a su habitación, ya que el plan del siguiente día empezaba "madrugados". Al menos así lo narra el hombre, quien contó la última conversación que tuvo con hija antes de dejarla en aquel cuarto, en el que sobre las 7:30 a. m. la halló sin vida en el suelo y desnuda, mientras que su yerno y nieto yacían en la cama como "dormidos".
"Mi hija me dijo: 'Papito, mañana madrugamos, vamos a alquilar un carrito y nos vamos a recorrer la isla'. Paseamos ese día porque el sábado tenía una práctica de buceo, entonces íbamos a eso el viernes y se buceaba el sábado", explicó.
Casi treinta minutos después, los tres miembros de la familia realizaron una videollamada en la que hablaron con Mayerli Andrea como había sido costumbre la noche anterior. Esta vez, la comunicación fue más corta, un aspecto del que la joven se arrepiente.
Conforme con la hija mayor, la llamada llegó cuando seguía en el salón de belleza y comentó que logró hablar solo algunos minutos con su familia. En la imagen, según describe, ya estaban "los tres ahí arrunchaditos en la cama. Listos para descansar". Alcanzó hablar con ellos del viaje y los recuerda "tranquilos y felices en su habitación. Estaban felices todos". Sin embargo, poco tiempo tras responder tuvo que colgar: "Yo me ocupé con un turno y les iba a hacer otra videollamada más tarde, pero cuando se las iba a hacer ya era demasiado tarde".
Publicidad
Sobre las 10:30 p. m. volvió a quedar libre. Tomó su teléfono y, al último minuto, se arrepintió de oprimir marcar. "Yo revisé la última conexión de mi mamá y era a las 8:30. Y yo dije: 'No, ya está muy tarde. Deben de estar descansando porque mañana van a madrugar'", manifestó.
El hallazgo en las habitaciones del hotel: las denuncias y los audios
El itinerario planeado empezó el miércoles 9 de de julio con la llegada de la familia al hospedaje, en donde se les asignó la habitación 404 a la pareja y a su pequeño hijo. En otro cuarto se quedó, por su parte, Orlando y su esposa. Desde el ingreso a las locaciones asignadas, las víctimas señalaron que había algo mal con las habitaciones.
Orlando Canro detalló que las quejas de su hija empezaron desde el mismo miércoles, quien le indicó que identificó suciedad y extraños olores en el cuarto. Aspecto por el que su padre estuvo de acuerdo: "Qué horrible esa habitación, está muy cochina, sucia, sin toalla, sin papel higiénico, sin nada. Y ella me dijo, 'Uy, papito, a mí no me gustó este hotel, esa pieza huele a feo'. Yo no sé, tenía un olor como a maluco, como moho. Lo pasamos así desapercibido y mire las consecuencias".
Publicidad
Viviana también le comentó a su hija de la situación a través de textos de WhatsApp y audios: "En un mensaje ella me dice: 'Todo ha cambiado tanto, los cuartos están sucios, no les hacen aseo'. La primera noche que llegaron dijo que estaba sucio, 'está feo, huele feo'", contó la joven y aclaró que el 10 de julio su madre se acercó a la recepción del lugar y pidió cambio de habitación. Según Canro, la mujer alegó por el mal olor y la suciedad que había.
Noticias Caracol también logró conocer audios en los que la misma víctima, Viviana Andrea, le explicó a su hija que el hotel no habría atendido a su petición de cambiar de habitación.
"Llegamos al (hotel) Tone. Acabamos de llegar, sí. Ese hotel está re re re mojoso. Pero tú vieras lo mojoso que está, huele hartísimo hartísimo. No tienen papel higiénico, no tienen aseo, no tienen toallas. Uy, no, me dio pena. Me sentí mal. Me sentí mal con mis papás. No, no sé qué hacer", se escucha decir a la madre, quien continuó diciendo en otra grabación enviada: "Sí, yo le dije a la muchacha: "¿Me puedes cambiar el cuarto?". Pero entonces me contestó todo feo: "Pero hoy no, de pronto mañana"".
LAURA NATHALIA QUINTERO.
NOTICIAS CARACOL DIGITAL.
LNQUINTE@CARACOLTV.COM.CO