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Se cumplen 29 años del terremoto de Páez: la tragedia que arrebató vidas y fauna en el Cauca

Décadas después del terremoto de Páez, uno de los eventos sísmicos más grandes dentro del país, las comunidades cercanas al río y los especialistas que asistieron a la zona recuerdan el evento. ¿Qué ha cambiado desde entonces?

Terremoto de Páez
El SGC aseguró que para la reconstrucción de la zona afectada, el Estado creó la Corporación para la reconstrucción de la cuenca del río Páez, conocida como Nasa Kiwe.
Archivo Servicio Geológico Colombiano

El 6 de junio de 1994 las comunidades aledañas a los ríos Páez y San Vicente disfrutaban del descanso particular que brinda un lunes festivo. La calma duraría hasta las 3:47 p.m., cuando un terremoto de magnitud de 6.8 azotó las tierras del Cauca.

El Servicio Geológico Colombiano rememoró el fenómeno natural que con una intensidad máxima de 8 causó un daño severo en la zona. Su topografía, la deforestación y la temporada de lluvias formaron el escenario ideal para que deslizamientos y avalanchas arrebataran más de 1.000 vidas y desplazaran a 1.600 familias.

Adriana Agudelo, funcionaria del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán, recordó que al llegar al lugar no pudo contener las lágrimas: “Fue muy impactante ver toda la zona epicentral afectada por deslizamientos. Todas las montañas estaban completamente peladas, sin capa vegetal. Las poblaciones estaban tapadas, sin puentes y sin vías”.

Los informes oficiales reportaron que más de 20 municipios tuvieron daños en la infraestructura, entre los cuales se encontraron agrietamientos, colapsos en viviendas, escuelas, edificios e iglesias en Toribío, Jambaló, Inzá, Totoró y Santander de Quilichao.

Además de las pérdidas humanas y estructurales, el fenómeno también dejó su huella en la tierra. Se calcula que más o menos 40.000 hectáreas sufrieron afectaciones por el sismo y posteriores deslizamientos, especialmente en las inmediaciones del Nevado del Huila, uno de los glaciares más grandes del país.

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Agudelo recuerda que desde el pueblo indígena nasa, el cual habitaba en mayor parte de la zona, se determinó que “todo se debió a la forma en la que los habitantes de la zona se estaban relacionando con la madre Tierra”.

Hoy, casi 3 décadas después de la tragedia, el pueblo de Páez no olvida a los que los auxiliaron en el siniestro. Desde la alcaldía se llevó una ofrenda floral a los monumentos a los socorristas y se realizó una eucaristía conmemorativa.

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Las lecciones derivadas de este y otros eventos naturales como el terremoto de Popayán y la tragedia de Armero también permitieron mejorar las instituciones y organismos de gestión del riesgo.

Jaime Raigosa, líder del Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Popayán, declaró que “como resultado de lo que pasó en Páez, se reforzó el monitoreo del volcán Nevado del Huila y posteriormente se instaló una red de monitoreo de flujos de lodo”.

Así mismo, señaló que el trabajo con las comunidades permitió conocerlas a profundidad y construir un plan de acción para emergencias que disminuya al máximo posible los riesgos.

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