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¿Se les olvidó a los ex FARC cómo tenían a los secuestrados? Colombia sí recuerda estas imágenes

Varias víctimas ya han narrado ante la JEP las atrocidades a las que fueron sometidas por parte de la extinta guerrilla. Recuento de un horror.

secuestros FARC.

Lo más humillante fueron las cadenas que por 22 meses estuvieron en el cuello de Armando Acuña, quien, siendo concejal de Garzón, Huila, fue víctima de secuestro el 29 de mayo del 2009 por parte de la columna Teófilo Forero de las FARC.

"Eso es humillante, de todo lo que yo sentí del secuestro ese día que me colocaron las cadenas y me amarran a un palo, ellos lo custodiaban a uno y estaba uno ahí humillado", dijo Acuña el 12 de junio de 2019.

Otro testimonio que señala las cadenas y los candados como el símbolo de los delitos más atroces cometidos por las FARC es el del dirigente político Luis Eladio Pérez, quien estuvo siete años en poder de la extinta guerrilla.

Como él, 9.000 colombianos más fueron separados de sus familias entre 1993 y 2012 con la incertidumbre de si algún día iban a volver a casa.

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El castigo fue encadenarnos, desde ese día hasta el último día de secuestro, como animales a los árboles. Nos sacaban a hacer nuestras necesidades como sacara uno a los perros… nos quitaron las botas como castigo, estuvimos tiempo sin botas, descalzos en la selva”, dijo Luis Eladio Pérez el 22 de octubre de 2018.

Fueron días, semanas, meses y años en condiciones infrahumanas soportando calor, frío, comiendo mal y durmiendo poco, el tiempo solo pasaba sin contemplaciones. En los relatos también trajeron a la memoria los castigos aplicados por los guerrilleros a los secuestrados.

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"Cuando se escapó Pinchao, el castigo, por ejemplo, fue que nos quitaron el papel higiénico... a ver, doctora... usted, claro, recurre a la hojas cerca, pero yo estaba encadenado, pero tenía un espacio de dos o tres metros máximo para moverme", anotó Pérez.

Espacios que en muchas ocasiones estaban cercados por alambres de púas donde vivían otro tipo de humillaciones, como, por ejemplo, perder el derecho de ir al baño.

"Me decía ‘haga ahí, haga ahí, ahí... delante de sus compañeros, delante de todos, encima de sus compañeros’", relató Íngrid Betancourt, otra de las víctimas de secuestro por parte de las FARC, el 24 de octubre de 2018.

Ante la Justicia Especial para la Paz (JEP), las víctimas de secuestro por partes de las extintas FARC señalaron que sus captores disfrutaban verlos padecer hambre.

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"Un guardia bota la comida al piso y me dice ‘ya no queda nada’", añadió Íngrid Betancourt.

Testimonios que, en ocasiones, han afligido a los magistrados de la JEP: "Muy importante que usted ponga su voz en este foro y que así contribuya a que se sepa la verdad del horror."

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Sin embargo, estos maltratos no han sido reconocidos por los exmiembros de las desaparecidas FARC. Incluso, alias ‘Martín Sombra’, excarcelero de las FARC, le dijo a la JEP que los alimentaban bien.

"El almuerzo, sancocho, o sea, sancocho de plátano, yuca, papa, carne, arroz y ensalada, y, si no, se les deba fríjoles, arroz y ensalada, y el agua", sostuvo ‘Martín Sombra’ el 5 de marzo de 2020.

La JEP les imputó a ochos miembros del secretariado de las extintas FARC-EP crímenes de lesa humanidad y crímenes de guerra dentro del caso 01.

Los responsables de estos hechos son Rodrigo Londoño, Pablo Catatumbo, Pastor Álape, Milton de Jesús Toncel, Juan Ermilo Cabrera, Jaime Alberto Parra, Julián Gallo y Rodrigo Granda.

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