La muerte llegó al municipio de Salgar, en el suroeste de Antioquia, a las 3:15 de la madrugada del pasado 18 de mayo en forma de avalancha, producto de la crecida de la quebrada la Liboriana que cruza por un costado al municipio.
La avalancha de lodo y piedras no dio tiempo para nada y en menos de cinco minutos se llevó por lo menos 150 casas, dejando un lamentable saldo de 93 personas fallecidas, casi la mitad niños, cientos de personas heridas, cientos de animales muertos y pérdidas que hasta el momento el Gobierno no ha logrado cuantificar.
La noticia de la tragedia y su magnitud se pudo evidenciar con los primeros rayos de sol, cuando los sobrevivientes comenzaban a sacar del barro los cuerpos de las víctimas para comenzar su identificación.