El pasado primero de octubre, la Alcaldía de Pasto, Nariño, publicó en su página de Facebook el regalo que le hicieron a la estudiante Paola Andrea Aza: un computador Pentium 4, tan viejo que hasta tenía unidad lectora de disquetes.
El hecho provocó las burlas y la indignación, no solo de los ciudadanos de la capital nariñense, sino también de los habitantes de otras regiones del país, entre ellos, los integrantes del colectivo de humor paisa Internautismo Crónico .
Edwin Mejía y Pablo Pabón, líderes del grupo que cuenta con más de 186.000 seguidores en Facebook, publicaron a modo de denuncia las imágenes con las que la alcaldía pastusa se sentía orgullosa por su donación.
“Primero lo hicimos por denunciar, pero los mismos seguidores nos dijeron que no criticáramos tanto e hiciéramos algo como una colecta y la idea nos sonó”, dijo Edwin Mejía.
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Al día siguiente, 3 de octubre, fueron a un centro comercial de Medellín, conocido por tener almacenes especializados en la venta de equipos de cómputo, para exponer la iniciativa a la administración del lugar.
El caso fue tan sorprendente que de inmediato aceptaron y donaron un equipo portátil, de última generación, para hacérselo llegar a la menor.
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Con el computador en sus manos, Edwin Mejía decidió emprender solo y con sus propios recursos, el viaje por tierra hasta la ciudad de Pasto.
“No tenía sino para irme en bus, no me alcanzaba para el avión, pero no me importó, yo me quise ir así”, afirmó Mejía.
Mientras Edwin iba en camino, su compañero Pablo se contactó con los estudiantes de la Universidad de Nariño, quienes a través de otra página en Facebook, Confesiones Udenar , estaban también iniciando una colecta con el mismo fin.
De esa forma se unieron y empezaron la búsqueda de Paola Andrea, pues no tenían más información que su nombre.
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Iniciaron la búsqueda el sábado, cerca del mediodía, pero solo fue posible encontrarla el domingo al caer la tarde, con la colaboración de varios amigos de los estudiantes de la Universidad de Nariño.
“Ya estábamos desesperados porque nada que la encontrábamos” dijo Mejía al confirmar que primero buscaron en los sectores de Anganoy y Jongovito, puntos que son muy alejados el uno del otro, pero a los que llegaron por los pocos datos que habían logrado conseguir.
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Finalmente llegaron al barrio Aranda y con megáfono en mano empezaron a recorrer la zona preguntando y llamando a la niña, “hasta que en el último edificio, en el último piso, la encontramos”.
Cuando tocaron la puerta fue la misma niña quien les abrió “y la felicidad apenas supo a qué íbamos fue increíble”, relató Mejía.
La emoción de Edwin al contar lo sucedido se mezcla con la de Paola Andrea quien afirmó que quería un computador “porque mis papás no me lo podían dar porque están sin trabajo y ahora me va a servir mucho para la escuela”.
El equipo tiene todas las licencias originales, un buen hardware y hasta morral para cargarlo.
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La familia de Paola todavía no sabe qué hará con el otro equipo, mientras lo piensa, los estudiantes de la Universidad de Nariño les van a comprar un mercado con el dinero que habían recogido y se está hablando con otros donantes de una empresa privada para pagar la conexión de internet.
La reflexión final que hace el equipo de Internautismo Crónico es que “las cosas se hacen bien, o no se hacen, la unión de buenas voluntades desde lo civil puede hacer mucho más que la buena voluntad de los políticos que incluso deshonran al pobre y el hecho de presumir, es como decir que le están dando chatarra al pobre”.
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En su página de Facebook, Internautismo Crónico publicó la reacción de la estudiante al recibir el nuevo computador como regalo.