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Noticias Caracol El rastro Capítulos Soldado fue traicionado por quien más amaba: así fue el cruel crimen que estremeció al Quindío

Soldado fue traicionado por quien más amaba: así fue el cruel crimen que estremeció al Quindío

El crimen del soldado Cristian Reyes parecía un ataque callejero, pero destapó una red de microtráfico, sicarios y traición familiar que enlutó al departamento del Quindío.

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Lo que parecía un homicidio aislado en un barrio de Montenegro, Quindío, se convirtió en una historia de traición, crueldad y vínculos con una peligrosa banda delincuencial. El asesinato del soldado Cristian Steven Reyes, ocurrido hace seis años, destapó una red de microtráfico, sicarios, dinero y una relación marcada por el engaño. La investigación, que se extendió por años, terminó con una condena que dejó a una familia destrozada. El Rastro conoció el caso.

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La noche del asesinato quedó grabada en la memoria de las hermanas de Cristian. Al escuchar disparos, una de ellas corrió hacia el lugar, pensando que su hermano, enfermero militar, estaba auxiliando a alguien. Pero lo que encontró fue desagarrador: “Era mi hermano al que le habían disparado, el que estaba herido”, señaló.

En medio del caos, apareció Diana, la esposa de Cristian. Su reacción fue desconcertante: “Se agachó, le sacó el celular del bolsillo, le sacó unos papeles y la billetera y empezó: ‘Ay, Cristian, mi amor, te amo’”.

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Las autoridades confirmaron la gravedad de las heridas: impactos de bala en la cabeza y el tórax. Cristian fue trasladado al hospital, pero llegó sin signos vitales. Tenía dos hijos pequeños.

Un soldado con vocación de servicio

Cristian había ingresado al Ejército con la convicción de proteger a los demás. Sus hermanas lo describieron como un hombre comprometido con su labor: “En muchas ocasiones salvó vidas y curó”. También destacaron su amor por los animales y su deseo de ayudar.

En lo personal, aseguraron que era fiel a su esposa, aunque la relación estaba marcada por conflictos. “Ella no trabaja, se la pasaba esperando que llegara el sueldo de él para gastárselo”, contaron. Cuando él le pidió que buscara empleo, ella se negó, las hermanas dicen que ella afirmaba que “Para eso se había conseguido un soldado profesional, para que la mantuviera”.

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Desde el inicio, las hermanas de Cristian desconfiaban de Diana. “Que brinque aquí, brinque allá, que esté con un hombre, está con otro… no era de un solo hombre, era de varios”. Sin embargo, las autoridades inicialmente no la consideraron sospechosa porque no había una prueba contundente que la vinculara al caso.

El barrio estaba bajo el control de una banda conocida como Los Killers o Los Chukys, dedicadas al microtráfico y a los homicidios. Se pensó que Cristian, por ser militar, podía haber sido visto como una amenaza por estos delincuentes.

El celular de Cristian estaba en manos de Diana, quien alegó que se había formateado al intentar desbloquearlo. Pese a que las autoridades se solo solicitaron, ella nunca lo entregó.

Un giro inesperado en la investigación

La investigación tomó otro rumbo cuando un informante anónimo mencionó a alias Quiroga, un joven de 17 años vinculado a la banda de Los Chukys. Las interceptaciones telefónicas revelaron que el número de Diana había tenido múltiples comunicaciones con miembros del grupo criminal antes y durante el día del homicidio.

La situación se volvió más compleja cuando, según las hermanas, Diana inició una relación sentimental con un compañero del trabajo de Cristian. Poco después, ocurrieron dos asesinatos en el barrio: una vecina y un habitante de calle. Se cree que ambos fueron silenciados por saber demasiado.

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“Doña María un día nos comenta que Lucas, un vecino, le dijo que la que había mandado a matar a mi hermano había sido la propia mujer”, relataron. Estos crímenes quedaron impunes.

La confesión que lo cambió todo

Alias Quiroga fue capturado en Putumayo y ofreció colaborar con la justicia. Confesó más de diez homicidios, incluyendo el de Cristian. “Nos habla precisamente del homicidio del soldado como él lo conocía”, dijeron las autoridades.

Su testimonio fue claro: “Quiroga escuchó a Diana comentarles a los jefes de la organización que mataran a su compañero sentimental”. Él participó como campanero y Diana entregó una fotografía para identificar a la víctima. Según el relato, el sicario se acercó a Cristian y le dijo: “‘Cristian, esto le mandó hacer su mujer’. Y acciona el arma de fuego en repetidas ocasiones”, señalaron las autoridades sobre la confesión. El sicario, alias Nico, también era menor de edad para el momento del crimen.

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El peritaje reveló que en un año hubo unas 100 llamadas entre Diana y José Andrés Pinto Ramírez, miembro de esta banda delincuencial. Las autoridades concluyeron: “Evidenciamos que Diana tenía un vínculo directo… ella simplemente coordinó con personas superiores para que se pudiera cometer el hecho, para no dejar una huella directa”.

Con estas pruebas, un juez ordenó la captura de varios miembros de la banda, incluido alias Nico, quien aceptó su responsabilidad y vinculó a Diana. En agosto de 2020, la operación contra los Chukys dejó 19 capturas, entre ellas la de la esposa del soldado.

El dolor de una familia rota

Enterarme que fue Diana me dolió bastante porque era la mamá de mis sobrinos… nos dolió demasiado”, dijo una hermana. “Muy fuerte para nosotros que les quitó el papá a los niños”.

En la audiencia de imputación, Diana no aceptó cargos. Su juicio se extendió por casi cinco años, retrasado por la pandemia y su negativa a admitir ser la autora intelectual. Alias Quiroga y alias Pitbull la señalaron directamente.

Las hermanas también señalaron que Cristian al parecer había descubierto infidelidades de su esposa y quería divorciarse. “Ella les enviaba fotos desnuda a los compañeros del Ejército”, dijeron. Incluso hubo peleas por la difusión de esas imágenes.

Millonario seguro: el móvil detrás del crimen

Para la familia y las autoridades, el móvil del homicidio fue económico. Cristian tenía un seguro de vida del Ejército, pero había dejado el 80% a su madre y solo el 20% a su esposa, pero la mujer no lo sabía y creía que obtendría el 100% del dinero. “Ella estuvo recibiendo la pensión durante casi 3 años, cuando la capturaron aún la seguía recibiendo”, relataron.

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Finalmente, Diana fue condenada a 420 meses de prisión, es decir, 35 años, por homicidio agravado y porte ilegal de armas. Alias Quiroga recibió 7 años y alias Nico a 16.

Un mes después de la condena, la madre de Cristian falleció. “La partida de Cristian le quebró la salud hasta el final”, dijeron sus hijas. Los hijos del soldado, hoy de 11 y 8 años, están bajo el cuidado de sus tías.

La versión de alias La Diabla desde prisión

En la cárcel de mujeres de Armenia, Diana aceptó una entrevista con El Rastro. Negó haber participado en el crimen: “Era el amor de mi vida. Era el hombre con el que yo quería mi vida entera, el padre de mis hijos. Yo no tenía ojos para nadie más”.

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Aseguró ser inocente y su abogado apeló la condena. Ella no fue vinculada a los otros dos asesinatos del barrio, aunque en la investigación fue apodada La Diabla. Ella insiste: “Soy inocente y sigo peleando por mi libertad, que nuevamente me vuelvan a revisar el caso”.

Mientras tanto, los hijos de Cristian siguen creciendo lejos de su madre y bajo el cuidado de las hermanas de su padre.