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El cometa 3I/ATLAS, el tercer visitante interestelar detectado en nuestro sistema solar, ha vuelto a generar revuelo en la comunidad científica. Unas recientes imágenes capturadas por varios telescopios de la NASA y otros observatorios han revelado una anomalía que podría arrojar nuevas pistas sobre el comportamiento de este misterioso objeto. Desde su descubrimiento el 1 de julio de 2025, el cometa ha cautivado la atención global, y ahora, un fenómeno extraño ha dejado a los astrónomos más intrigados que nunca.
El cometa 3I/ATLAS fue detectado por el Sistema de Alerta de Impactos Terrestres de Asteroides (ATLAS) y desde entonces ha sido objeto de una intensiva observación. Lo que hace especial a este cometa es su origen interestelar, pues de acuerdo a los expertos, no pertenece a nuestro sistema solar, sino que fue expulsado de otro sistema estelar. Con un tamaño estimado entre 5 y 11 kilómetros de diámetro, 3I/ATLAS es el más grande de los cometas interestelares descubiertos hasta la fecha.
Sin embargo, lo que ha encendido las alarmas científicas en las últimas semanas es una extraña anomalía en la cola del cometa, un fenómeno que no se había observado previamente en cometas de este tipo. De acuerdo con lo informado por el medio DW, tradicionalmente, la cola de un cometa siempre se forma a medida que el Sol calienta su núcleo, lo que provoca la liberación de gas y polvo que es arrastrado por el viento solar, creando una cola que siempre apunta en dirección opuesta a nuestra estrella. Pero el 3I/ATLAS mostró algo completamente diferente.
El cometa sorprendió a los astrónomos cuando en sus primeras observaciones, realizadas entre julio y agosto de 2025, apareció con una anticola, algo que denominaron "cola invertida" y, que parecía apuntar directamente hacia el Sol. Este fenómeno ha desconcertó a los científicos, ya que desafía las leyes que normalmente rigen el comportamiento de los cometas
Este fenómeno ha generado diversas interpretaciones entre la comunidad científica. Algunos astrónomos, como los físicos Avi Loeb y Eric Keto, sostienen que este comportamiento es real y no una simple ilusión óptica. Según ellos, la formación de esta "anticola verdadera" podría ser indicativa de una propiedad desconocida de este cometa, y podría incluso arrojar pistas sobre los materiales primitivos que dieron origen al universo.
Por otro lado, astrofísicos como Jason Wright, recuerdan que anticolas similares ya se han observado en cometas anteriores, como en el caso del cometa Kohoutek en 1974, lo que sugiere que no necesariamente se trata de un fenómeno completamente nuevo.
A finales de septiembre de 2025, el cometa 3I/ATLAS comenzó a mostrar una transformación en su estructura. La cola que inicialmente apuntaba hacia el Sol comenzó a cambiar y adoptó una forma más tradicional, extendiéndose ahora en dirección opuesta a la estrella principal de nuestro sistema solar, como es común en los cometas. Este cambio ha sido observado en nuevas imágenes del cometa capturadas por los telescopios más avanzados, como el James Webb y el Hubble.
Según los datos espectroscópicos del James Webb, el dióxido de carbono parece ser el principal responsable de la actividad del cometa, al provocar chorros de gas y polvo que se dispersan en el espacio. Estos chorros, dependiendo de su tamaño y velocidad de expulsión, pueden tardar más o menos en formar una cola visible, lo que podría explicar la evolución observada en la dirección de la cola.
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Entre julio y octubre de 2025, se estimó que el cometa 3I/ATLAS ha perdido cerca de 2 millones de toneladas de masa, una fracción minúscula de su masa total, que supera los 33.000 millones de toneladas. Este desgaste se debe a la intensa actividad cometaria que alcanzó el pasado 29 de octubre, en el que llegó a su perhelio, el punto más cercano al Sol. Durante este tiempo alcanzó velocidades superiores a los 246,000 kilometros por hora, alejandose un poco de nuestro sistema, pese a su origen, los expertos continuamente han reiterado que este no representa un gran peligro para nuestro planeta.
La NASA, que ha sido clave en la observación del cometa, sigue compartiendo nuevas imágenes y análisis, lo que permite a los astrónomos continuar sus investigaciones y mantenerse a la vanguardia en la exploración del espacio profundo. De acuerdo con esta organizacion cientifica elpunto más cercano a la tierra será en diciembre de este mismo año cuando pase a pase a 1,8 unidades astronómicas, unos 270 millones de kilómetros.
Por último, lo que es asombroso es que cualquier persona desde cualquier punto de la Tierra puede observarlo si cuenta con un telescopio. Es por eso que gran cantidad de aficionados comenzaron a compartir en redes sociales las imágenes de sus avistamientos.
Entre julio y octubre de 2025, se estimó que el cometa 3I/ATLAS ha perdido alrededor de 2 millones de toneladas de masa, una cantidad insignificante en comparación con su masa total, que supera los 33.000 millones de toneladas. Este desgaste es el resultado de la intensa actividad cometaria que alcanzó su punto máximo el 29 de octubre, cuando el cometa llegó a su perihelio, el punto más cercano al Sol.
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Durante este paso, alcanzó velocidades superiores a 246,000 km/h y comenzó a alejarse lentamente de nuestro sistema solar. A pesar de su origen interestelar, los expertos han reiterado que no representa una amenaza significativa para la Tierra.
La NASA, fundamental en el seguimiento de este fenómeno, sigue compartiendo nuevas imágenes y análisis que permiten a los astrónomos avanzar en sus investigaciones y mantenerse a la vanguardia en la exploración del espacio profundo. Según la agencia espacial, el punto más cercano al planeta se dará en diciembre de 2025, cuando el cometa se acerque a 1,8 unidades astronómicas, unos 270 millones de kilómetros.
Lo más sorprendente es que cualquier persona puede ser testigo de este fenómeno astronómico, siempre y cuando cuente con un telescopio adecuado.
HEIDY ALEJANDRA CARREÑO BELTRAN
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