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Ante la coyuntura generada por la financiación del Instituto Colombiano de Crédito Educativo y Estudios Técnicos en el Exterior (Icetex), que ha provocado que el Gobierno deje de subsidiar la tasa de interés y que las puertas de las universidades se cierren para muchos estudiantes, la Fundación Social Alberto Merani, liderada por Alejandro de Zubiría, ha implementado un ambicioso programa articulado para garantizar la continuidad educativa de los jóvenes.
Este programa busca crear un "puente" entre colegios, universidades y empresas, permitiendo a los más de 4.000 estudiantes que se gradúan anualmente de su red pagar la educación superior con un nivel de crédito mucho más bajo que el habitual.
La estrategia de la Fundación Merani, que arranca con un piloto de 200 estudiantes desde el próximo semestre, tiene como su pilar educativo el fortalecimiento del pensamiento crítico,
modelo que se cimenta en una preparación educativa profunda que comienza desde la etapa preescolar. Así, la fundación implementó el programa Lectores Competentes, el cual es uno de los primeros programas en Colombia diseñado para formar muy buenos lectores desde preescolar hasta el décimo grado, centrado en procesos de pensamiento.
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Por eso, los estudiantes de los colegios vinculados a la Fundación Merani se enfocan en desarrollar una capacidad analítica y crítica ante la información, utilizando la argumentación y esquemas gráficos, como mapas conceptuales, para llevar a la práctica la estructuración de ideas.
En la actualidad, la red abarca 103 instituciones, entre privadas y públicas, en 21 departamentos. A través del mismo modelo, el cual desarrolla alta capacidad crítica y analítica, se asegura coherencia entre lo que el joven decide estudiar y lo que busca lograr a nivel profesional y laboral.
De acuerdo con Alejandro de Zubiría, uno de los objetivos a largo plazo es alinear a las instituciones educativas con las necesidades del mercado laboral. Este proceso comienza cuando el estudiante aún está en el colegio, principalmente en los grados décimo y once. Y es ahí desde cuando se empieza a diseñar el apoyo de las empresas para que se les abran las puertas a los egresados de los colegios de la red Merani.
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“La fundación acompaña a los estudiantes desde preescolar y utiliza toda su trayectoria académica, familiar y de aptitudes para proveer una capacidad de análisis y predicción vocacional superior. Se busca que los jóvenes escojan carreras de manera pragmática y realista teniendo en cuenta la demanda del mercado laboral”, dijo De Zubiría.
Como una alternativa a la financiación de los estudios de educación superior y con el objetivo de combatir las altas tasas de deserción universitaria en Colombia, la Fundación Merani creó el programa Meranistas a la U, el cual negocia descuentos y becas con las universidades para sus graduados anuales. De hecho, como uno de los primeros pasos se lanzó una alianza estratégica con la Escuela de Administración de Negocios (EAN) para facilitar esta transición y potenciar las oportunidades académicas y laborales.
De Zubiría explicó que es una iniciativa donde las empresas privadas vinculadas a la red tienen una importante gestión, similar a un patrocinio, pues se organiza el proceso de los estudiantes en la universidad para asegurar que realicen prácticas profesionales en las compañías que ya los conocen desde el colegio. “Estas prácticas no solo aseguran una exitosa inserción laboral, sino que también ayudan al estudiante a pagar parte de la universidad”, detalló.
En Merani, otros de los factores de sus métodos de enseñanza, es el acompañamiento continuo, que ahora no termina en el colegio sino que llega hasta la universidad y se extiende hasta su paso por una empresa. “Estamos formando bachilleres con una capacidad crítica y analítica superior que no solo merecen tener beneficios de financiación para pagar sus carreras universitarias, si no que son más propensos a devolverles la inversión con creces a las universidades y las empresas que los apadrinen, en la medida en que nos unamos para guiarlos y que escojan de manera pragmática y realista sus estudios superiores teniendo en cuenta la demanda del mercado laboral”, señaló De Zubiría.
Para el experto en educación, se trata de una alianza entre la Fundación, las universidades y las empresas “para acercar a los bachilleres a la realidad del oficio que van a escoger antes de elegir carrera a través de inmersiones empresariales desde que están en el colegio, e invitamos a más y más colegios a que se unan de manera gratuita a nuestra red para desarrollar el pensamiento crítico de los jóvenes a través del programa de Lectores Competentes, la financiación de estos estudiantes no será un gasto, sino una inversión a futuro”.
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Otra de las ventajas, señaló De Zubiría, es que las empresas que participan se benefician porque pueden formar su talento joven y asegurar que, al salir de la universidad, estén listos para incorporarse a sus culturas de trabajo. “El programa Meranistas a la U busca, por ejemplo, formar profesionales para sectores no saturados que cubran vacantes estratégicas”, anotó.
Una de las poblaciones a las cuales Meranistas a la U quiere llegar es a la de los estudiantes de colegios privados de estrato medio, quienes son los más vulnerables a la situación financiera del Icetex, ya que no suelen obtener cupos en universidades públicas y dependen de la financiación para acceder a las privadas.
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Actualmente, la fundación ya creó un fondo con recursos propios para financiar el primer grupo de 200 estudiantes. Si este piloto funciona, la fundación buscará financiación con organismos multilaterales para expandir el proyecto. La fundación está conversando con parques industriales, como el de Mosquera, en Cundinamarca, que incluye 70 empresas, para consolidar estas alianzas.
Además, la Fundación Merani subraya la necesidad de que las empresas sigan contratando aprendices y practicantes, pues estas prácticas son un componente esencial e "irreemplazable" para la formación de nuevos trabajadores.
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