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Bogotá, capital de Colombia, no solo es un centro político, económico y cultural, sino también un territorio privilegiado por su entorno natural. Aunque muchas veces se asocia con el bullicio urbano, la ciudad ofrece múltiples espacios verdes y rutas ecológicas que permiten a residentes y visitantes conectarse con la biodiversidad sin salir de sus límites. Desde cerros hasta humedales, pasando por jardines botánicos y parques naturales, la capital es un punto de partida ideal para quienes buscan experiencias al aire libre.
Entre los principales atractivos naturales de Bogotá se encuentran los Cerros Orientales, una cadena montañosa que bordea la ciudad por el oriente y que forma parte de la cordillera de los Andes. Estos cerros no solo son un símbolo geográfico, sino también un refugio ecológico. Senderos como el de Monserrate o quebrada La Vieja permiten realizar caminatas de dificultad media, con vistas panorámicas y contacto directo con la flora nativa. El acceso a estos espacios es gratuito, aunque en algunos casos se requiere registro previo para preservar el ecosistema.
Otro lugar destacado es el Jardín Botánico José Celestino Mutis, que ofrece una representación de los ecosistemas colombianos en un solo lugar. Aunque su entrada tiene un costo simbólico, es una opción accesible para conocer la diversidad vegetal del país, incluyendo especies de páramo, bosque seco y selva húmeda.
Los humedales urbanos, como el de Córdoba o Santa María del Lago, son espacios poco conocidos pero de gran valor ambiental. Estos ecosistemas acuáticos albergan aves migratorias, anfibios y peces, y pueden recorrerse a través de pasarelas de madera que permiten una experiencia tranquila y educativa.
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Finalmente, el Parque Mirador de los Nevados, ubicado en el occidente de la ciudad, ofrece una vista privilegiada de los nevados del Ruiz, Tolima y Santa Isabel en días despejados. Es un lugar ideal para un picnic o una caminata ligera, sin necesidad de salir de Bogotá.
A tan solo dos horas de Bogotá, en el municipio de Viotá, Cundinamarca, se encuentra uno de los destinos naturales más atractivos y accesibles de la región: la Cascada La Ruidosa. Este lugar, ubicado en la vereda La Golconda, es un ejemplo de cómo la naturaleza puede ofrecer experiencias memorables sin necesidad de grandes inversiones económicas.
La Ruidosa se caracteriza por sus formaciones rocosas de más de tres metros de altura, que funcionan como deslizaderos naturales. El agua ha esculpido toboganes y pozos que forman una especie de parque acuático natural, ideal para quienes buscan refrescarse en un entorno rodeado de vegetación. El acceso es completamente gratuito, lo que convierte a este sitio en una opción ideal para familias, grupos de amigos o viajeros solitarios que desean disfrutar de un día diferente sin afectar su presupuesto.
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El entorno de la cascada está compuesto por un bosque húmedo tropical, con especies como guanábanos, nuez moscada, palmas y caoba. También es posible observar pequeños mamíferos y aves propias de la región. La experiencia es enriquecedora tanto desde el punto de vista recreativo como ecológico.
Para llegar a Viotá desde Bogotá, se puede tomar un bus en los terminales del Sur o Salitre. El trayecto dura aproximadamente dos horas y el costo del pasaje varía entre 22.000 y 25.000 pesos, dependiendo de la temporada. Desde el casco urbano de Viotá, se debe continuar hacia la vereda La Golconda, ubicada a unos 18 kilómetros. Es recomendable contar con transporte particular o contratar un servicio local para llegar hasta la cascada.
Además de La Ruidosa, existen otros lugares cercanos a la capital que son ideales para quienes desean explorar la naturaleza:
ÁNGELA URREA PARRA
NOTICIAS CARACOL