Blanco de amenazas, Adrián falleció a los ocho años, dejando una lección: es un sinsentido desear la muerte de un niño por no compartir sus creencias.
Descansa en paz #adrianhinojosa que Dios te bendiga; que el cielo abanique tus sueños y el viento ondulado, capee junto a ti a las estrellas pic.twitter.com/1HmVcDwaSH
— GlobalGiftFoundation (@GlobalGiftFound) April 9, 2017
Hinojosa saltó a la escena pública en octubre pasado cuando compartió su sueño de convertirse en torero, pese a que sufría un cáncer muy agresivo. Protagonistas de la tauromaquia le apoyaron, pero algunos antitaurinos se dedicaron a atacarlo sin contemplaciones.
La intolerancia llegó a tal punto en las redes sociales que usuarios como Aizpea Extezarraga le dijeron abiertamente que se muriera.
“Yo no voy a ser políticamente correcta. Que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que quiere curarse para matar herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir. Anda yaaaa! Adrián, vas a morir”, escribió en su cuenta Aizpea.
Miles de personas rechazaron los comentarios amenazantes contra Adrián Hinojosa, sin importar que fueran o no seguidores de la fiesta brava.
Puedes ser pro o antitaurino, en eso no entro. Pero desearle la muerte a alguien es MUY FEO, y a un niño más aún. #AdriánHinojosa
— Nurse Lecter 🧠 #MejoresCondicionesParaSanitarios (@Nurse_Lecter) April 8, 2017
Con la muerte del niño, el llamado a la reflexión volvió: la vida, por encima de cualquier posición, debe ser respetada.
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