Pese a su dulzura, está prohibido tocar a estos animales que vagan dentro del perímetro de exclusión de la antigua planta nuclear.
Son considerados los descendientes de las mascotas que fueron abandonadas por sus dueños, tras la explosión catastrófica en Chernóbil (Ucrania), en abril de 1986.
Drew Scanlon encontró a varios de estos perritos a un poco más de mil metros del reactor 4. Aunque se ven adorables, la recomendación es no tocarlos.
Las autoridades insisten en que hay un alto riesgo de que en su pelaje lleven partículas radioactivas. Esto los ha convertido en criaturas solitarias.
El avance de este documental de Cloth Map
superaba este lunes las 300.000 reproducciones en YouTube, gracias al impacto que ha generado entre los usuarios de las redes sociales.
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