Pocket nació sin cascos, eso para un cabrito puede significar la muerte. Un alma samaritana, sin embargo, se compadeció de esta cría abandonada y la llevó a un hogar que recibe a este tipo de animales con necesidades especiales. En resumen, le salvó la vida.
Sus cuidadores en la fundación Goats of Anarchy, en Nueva Jersey (EE. UU.) le adaptaron unas prótesis hechas con gomas de natación, una especie de flotadores que le han levantado el ánimo a Pocket.
Este cabrito no solo logró levantarse y andar, también consiguió amiga: Polly, una cabrita ciega de la que no se despega.
Para seguir sus pasos y sus saltos, solo debe visitarla en Instagram, donde la fundación tiene más de 350.000 seguidores.