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Cabezote Los Informantes

Electricidad, hielo y calor usaban para ‘curar’ a Sam Brinton de la homosexualidad

Este método de tortura es conocido como terapia de conversión. Brinton en lo que se ha convertido es en la voz de muchos que no se atreven a salir del clóset por miedo a vivir el infierno que a él le tocó.

“Mandaban electricidad a mi cuerpo y me mostraban pornografía gay para que las asociara con el dolor que estaba sintiendo. Como era niño, gritaba de dolor rogándoles que se detuvieran, pero ellos (sus padres y terapeutas) no se detenían”.

Brinton no culpa del todo a sus padres. Asegura que hay una industria millonaria detrás de las terapias de conversión que se está lucrando de homofobia, el dolor de padres y niños y de la ignorancia.

Tuvo varios intentos de suicidio, pero decidió cambiar su destino y hoy trabaja para el Trevor Project, una línea de apoyo para niños y jóvenes como él que por la homofobia contemplan quitarse la vida.

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