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Noticias Caracol LOS INFORMANTES José Ordóñez rompió el silencio sobre el abuso que sufrió a los 9 años y que calló por décadas

José Ordóñez rompió el silencio sobre el abuso que sufrió a los 9 años y que calló por décadas

Detrás de las carcajadas de José Ordóñez hubo abandono y un doloroso secreto que guardó por más de 40 años. Hoy, el humorista cuenta cómo logró transformar su vida y sanar sus heridas.

José Ordóñez
El humorista José Ordóñez tiene diez récords mundiales, pero detrás de su éxito cargó con una dura infancia.
Los Informantes

El nombre de José Ordóñez es sinónimo de humor para generaciones de colombianos que durante décadas se han reído con sus ocurrencias y chistes. Este reconocido humorista tiene diez récords mundiales; el más reciente lo logró en diciembre de 2014, cuando narró más de 9.600 chistes durante 86 horas seguidas. El éxito le trajo fama, dinero y reconocimiento. Sin embargo, detrás de ese personaje alegre se escondía un doloroso secreto que lo marcó para siempre.

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En el programa Los Informantes, José Ordóñez abrió su corazón y reveló los momentos más íntimos de su vida, en especial de su niñez: una infancia marcada por el dolor, la violencia y la ausencia de sus padres. Esta es la historia de un hombre que convirtió el humor en su refugio, pero que también tuvo que perderlo todo para reconstruirse desde cero.

“Cuando yo me siento antes de ese récord, yo soy un desconocido, pero cuando me paro, alrededor estaba lleno de gente con banderas y un camión de bomberos esperándome para ir a recorrer Bogotá. Me empiezan a consignar, entran grandes cantidades de dinero, empiezo a llenar estadios, coliseos, teatros”, recordó sobre su momento de gloria y fama, que, según confesó, no supo cómo manejar.

“Mira: estoy en una tarima con 44 millones de colombianos riéndose con los chistes de José Ordóñez y se apagan las luminarias, te vas para la casa y a los cuatro de tu casa los haces llorar”, confesó.

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Infancia marcada por el dolor y abandono

El humorista, oriundo de Bucaramanga, creció en medio de las dificultades económicas y la soledad. Su padre, un latonero que apenas lograba sostener a la familia, tenía algo que José admiraba profundamente: su increíble capacidad para hacer reír.

“Mi padre no llamaba la atención, no era importante ni para su familia ni para nadie. Era un latonero. Pero cuando se hacían fiestas en la casa, le decían: ‘Ordóñez, eche chistes’... La gente empezaba a entrar a la casa, el barrio entero se metía a escucharlo. Yo decía: ‘Ah, yo quiero ser como él’”, contó.

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Ver a su padre rodeado de personas que lo escuchaban contar chistes despertó en José Ordóñez la pasión por hacer reír, aunque después llegarían años de agobio y tristeza.

Su vida dio un giro doloroso cuando su padre lo abandonó a los 16 años y, al mismo tiempo, sufrió el maltrato de su madre. Durante muchas noches esperó que su padre regresara, pero eso nunca ocurrió. Con el tiempo, José cayó en los mismos errores de él, una carga de la que, según admite, se arrepiente profundamente.

“Yo no sabía cómo se ganaba la vida y cuando gané cometí un error: me convertí en una persona orgullosa y quería cobrarle la venganza a mi madre, a mi padre y a todos los que me humillaron... Y segundo, lo que mi padre me hizo cuando yo tenía 16 años, yo se lo hice a mi hija cuando tenía siete”, aseguró.

Un doloroso secreto que guardó durante años

Aunque le resulta difícil desprenderse de su faceta de humorista, José Ordóñez habló sin filtros sobre la dura infancia que lo marcó. Durante años guardó un doloroso secreto, uno que aún le cuesta pronunciar: a los 9 años fue víctima de abuso por parte de los hijos de una familia vecina.

No se lo contó a nadie, ni siquiera a su madre. Sentía miedo, vergüenza, y durante años cargó con ese dolor, usándolo como excusa para justificar sus fracasos. “Cuando contaba todas mis tristezas, me iba a mi archivo de dolores para justificar la mediocridad. Hasta que un día, al acercarme a Dios, me di cuenta que él siempre estuvo en cada espacio y que cada cosa que yo viví se me volvió una causa”, dijo.

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Ese dolor terminó convirtiéndose en una causa para ayudar a otros. “Yo puedo entender el niño de la calle, puedo entender el niño maltratado, porque puedo entender las personas que fueron víctimas de violencia sexual cuando eran niños. Yo las entiendo, yo conozco sus vacíos porque yo estuve ahí”, contó.

José Ordóñez
El humorista José Ordóñez tiene 10 récords mundiales, pero tuvo una infancia marcada por el abandono.
Los Informantes

El éxito y las grietas en su familia

Desde muy joven Ordóñez comenzó a contar chistes en emisoras locales hasta convertirse en un fenómeno nacional del humor. Sus maratones de chistes lo hicieron llenar teatros y tener contratos millonarios.

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Sin embargo, detrás del éxito se escondía un alto costo. José Ordóñez dejó atrás todo lo que había construido con esfuerzo: le fue infiel a su esposa y abandonó a su hija de 7 años. “Volví trizas mi hogar, la vida de mis hijos, fue todo... Me olvidé de ser esposo y de ser papá”, confesó en medio de lágrimas.

En 1997 regresó a Bucaramanga con el propósito de reconquistar el corazón de su esposa. Aunque no fue un camino fácil, poco a poco logró reconstruir las piezas de una vida que estaba destrozada. “Eso fue hermosamente duro, porque fue muy complicado... Recuperé a mi esposa y me quebré. Fue tan grande mi amor por Dios que me subí a los buses a predicar. Ya no me llamaban a hacer presentaciones. Se cierra el programa y tuve que empezar de cero”, reveló.

Volvió a reescribir su historia

Hoy vive en una finca en Piedecuesta, Santander, junto a su esposa, sus cuatro hijos, seis nietos, tres perros y cinco pájaros. Allí, entre montañas, encontró la paz y logró sanar sus heridas. Además, se convirtió en pastor cristiano y decidió reescribir su historia.

“Yo no busqué ser pastor, yo solo empecé abrí la boca y lo empecé a hablar en tono de humor porque no puedo desligarme de lo que soy... Además, encontré que sigo siendo el mismo comediante, pero que ahora tiene un poquito de pastor que quiere dar un mensaje en cada show y decirle: ‘Luche por su hogar, luche por su matrimonio, perdone a su mamá, perdone a su papá’”, expresó.

José Ordóñez está reconciliado con su pasado y orgulloso de lo que es y tiene ahora. “Yo soy alguien que quiso cambiar el destino de sus generaciones. Soy un pivote, un eje. Quiero ser un antes y un después. Quiero que a partir de mí mis generaciones cuenten una historia distinta”, concluyó.