Tres mujeres pensaron que habían obtenido el regalo a buen precio en una subasta, sin sospechar lo que había dentro del paquete.
Las mujeres habían ido a Charleston, en Carolina del Sur (EE. UU.), en un viaje de compras. En una subasta de una oficina de correos adquirieron el juguete.
Sin sospechar lo que tenía dentro, lo llevaron a Statesboro, en Georgia y se lo dieron como regalo a un niño.
Cuando el pequeño lo abrió no encontró los tradiciones bloques pero si en cambio una bolsa con un extraño contenido.
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Eran tres libras de metanfetaminas, con un valor aproximado de $40 mil dólares.
Al darse cuenta de lo ocurrido, las mujeres lo llevaron de inmediato a la oficina del Sheriff, que se comunicó con la DEA. Al haber transportado el paquete a través de dos estados, las incautas compradoras habían cometido un delito federal.
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Sin embargo, las autoridades fueron conscientes de que ellas no conocía lo que estaba dentro y no presentaron cargos.
El investigador Jim Riggds aseguró a la prensa que estaba seguro de que el niño estaba bastante desilusionado, pero lo estaban más aún los traficantes que habían perdido el paquete.
Las autoridades creen que el traficante intencionalmente envió el paquete a la dirección incorrecta o a una casa desocupada, esperando que el servicio postal lo dejara allí.
Sin embargo, el correo prefiere dejarlo con un vecino o devolverlo a las oficinas antes que dejarlo en una casa abandonada.
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Los paquetes que nadie reclama luego son subastados.
Carolina del Sur tiene el segundo mayor número de laboratorios clandestinos en los Estados Unidos, según un reporte de la DEA.
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