Miles de rusos se bañaron este martes en el agua helada de ríos y lagos de todo el país para celebrar la Epifanía ortodoxa, un ritual religioso de purificación que se repite cada año.
"Creemos que este agua es realmente sagrada", explicó Andréi, un hombre de negocios de 48 años mientras se secaba la espalda tras haber cumplido el ritual, en su caso bañándose en un agujero cavado en el hielo de un estanque de Moscú.
"Incluso sólo unas gotas de este agua nos purifican y alejan los malos pensamientos", aseguró.
Según la tradición ortodoxa, hay que sumergirse tres veces en el agua —en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo— para recordar el bautismo de Jesucristo en el río Jordán.
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"Me siento más en forma ¡y no tengo frío!" dijo Alexandre, un ejecutivo de 31 años, a pesar de que la temperatura en Moscú era de ocho grados bajo cero.
Hombres, mujeres y niños participan en esta tradición que se celebra cada año en la noche del 18 al 19 de enero y continúa durante toda la jornada.
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"Lo hago desde que era niño. Es como estar en contacto con mis ancestros", dice Iván, de 18 años, mientras anda lentamente en la nieve con los pies mojados y los zapatos en la mano.
Según cifras del ministerio ruso de Situaciones de Urgencia, cerca de 90.000 personas, moscovitas o turistas, se han bañado en las aguas heladas de Moscú en la madrugada de lunes al martes.
"Antes había algunas personas ebrias que caían al agua pero ahora la gente ha entendido que no es un juego, es un ritual sagrado para el que hay que prepararse espiritualmente", dijo el ministro de Situaciones de Urgencia, Vladimir Putchkov, en un comunicado.