El presidente podría desmantelar el martes el programa que protege de la deportación a 800.000 jóvenes que llegaron a EE. UU. ilegalmente siendo niños.
Tomás Péndola, profesor de química en uno de los mejores liceos de Florida, llegó a Miami a los 10 años y ahora se siente más estadounidense que argentino. Pero su modo de vida y sus proyectos pueden desaparecer con apenas una firma de Donald Trump.
Él como otros jóvenes son personas que no optaron por "saltar la valla" o rebasar la estadía de su visa.
Tomás y su familia emigraron en 2001, huyendo de la crisis financiera que ese año puso a media Argentina bajo el nivel de pobreza. Él sólo tenía 10 años.
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Ahora, 16 años después, es un profesional que educa a 150 jóvenes en la MAST Academy, un liceo en Miami apodado como "el Harvard de las secundarias".
Pero vive en un limbo migratorio.
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"Uno se siente atrapado. Eres libre, pero tienes tantas limitaciones que básicamente te sientes atrapado", dice este maestro de 26 años en su apartamento en Pequeña Habana, en Miami, donde vive con su padre, un carpintero indocumentado.
Pone el ejemplo de ‘The Terminal’, una cinta con Tom Hanks de 2004 en la que el personaje queda atrapado en un aeropuerto.
"Así es como nos sentimos los que fuimos traídos aquí cuando éramos pequeños. No pertenecemos a nuestro país básicamente porque no lo recordamos", cuenta Tomás. "Y al mismo tiempo crecimos en un país al cual te dicen que no perteneces".
En su cuarto, Tomás atesora una espada de Zelda y otra de Star Wars. En un estante hacen fila una veintena de muñecos coleccionables Pop Vinyls, entre ellos (obviamente) Groot, Hulk y Darth Vader.
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Y en una pecera vive un gecko crestado, un simpático reptil que le encomendó una alumna porque ella ya no podía cuidarlo.
Un medio de vida
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En junio de 2012, el entonces presidente Barack Obama aprobó el programa DACA para proteger de la deportación a los indocumentados que llegaron antes de cumplir 16 años, apodados ‘dreamers’ (soñadores).
DACA -Acción Diferida para los Llegados en la Infancia- les dio permisos de trabajo y, en la mayoría de los estados, también una licencia de conducir.
Antes, los ‘dreamers’ se criaban como estadounidenses, pero trabajaban ilegalmente y bajo la amenaza de ser deportados a un país que desconocían.
Por eso "DACA me dejó tener una nueva vida", cuenta Tomás. Pero el permiso se renueva cada dos años y ahora este maestro no está tan seguro de que podrá hacer su posgrado en química orgánica.
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Un reporte de Fox News el jueves reveló que el presidente dejará de emitir estos permisos de trabajo y no renovará los ya existentes.
Si esto ocurre, para 2019 todos los beneficiarios de DACA ya se habrán quedado sin permisos de trabajo y, otra vez, viviendo con el terror a "la migra".
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"Hay algunos para los que volver a su país sería la muerte", dice Tomás. No es el caso de Argentina, aclara, pero el joven pone como ejemplos Honduras, Nicaragua y Venezuela.
A lo largo de estos cinco años en que DACA ha estado vigente, los jóvenes han abierto líneas de crédito, comprado carros, casas y criado hijos.
Si eliminan el programa, "perderemos nuestro medio de vida", dice Tomás. "Perderemos la posibilidad de pagar nuestros préstamos, lo cual no sólo nos afectará a nosotros sino a la economía. Miles de personas en 'default'... eso es mucho dinero".
Pero, además, hay una implicación psicológica. "Te sientes inútil. Sientes que no puedes hacer nada, que no perteneces a nada".
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Prepararse para lo peor
En medio de una fiera presión de parte de sus seguidores antiinmigrantes, Trump anunciará su decisión el martes.
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Una coalición de legisladores demócratas, algunos republicanos, así como líderes de grandes empresas y asociaciones han defendido con fuerza a DACA.
Entre ellos el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, y el gobernador de Florida, Rick Scott; ambos republicanos.
"No creo que él deba hacer eso. Creo que esto es algo que tiene que resolver el Congreso", dijo Ryan.
"Me opongo a la inmigración ilegal (...) pero no estoy a favor de castigar a estos niños por las acciones de sus padres", secundó Scott.
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Claudia Quiñones, organizadora comunitaria de United We Dream, dijo a la AFP que "hay mucha incertidumbre".
"Pero sí tengo la certeza de que vamos a seguir movilizándonos hasta que aprueben medidas amplias que nos amparen a nosotros y a nuestras familias".
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Para ella, así como para Tomás Péndola, la presión sobre el gobierno para eliminar el DACA responde a un supuesto "clima fascista" que se respira en el país desde que Trump asumió el mando en enero.
Si no le renuevan su permiso de trabajo en octubre de 2018, cuando expira, Tomás teme quedar en la calle.
"Me he estado preparando para eso, ahorrando dinero, y trataré de ver qué hacer con mi vida luego".