Legisladores republicanos estarían impulsando la medida por nexos de ese país con las FARC, el Hezbolá y otros grupos armados.
La lista, por el momento, la integran Irán, Corea del Norte, Siria y Sudán, y está reservada a los países que han "apoyado actos de terrorismo internacional en reiteradas ocasiones" y acarrea sanciones severas.
Cuba también formó parte de esta lista -por sus presuntos nexos con las FARC y con la también desaparecida ETA- entre 1982 y 2015, año en el que el Gobierno de Barack Obama la retiró en el marco del proceso de deshielo entre los dos países.
Según The Washington Post, que cita funcionarios bajo condición de anonimato y correos electrónicos internos gubernamentales, el Departamento de Estado, responsable de la lista, ha preguntado ya a otras agencias del Gobierno su opinión sobre la inclusión de Venezuela.
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Las fuentes citadas por el rotativo capitalino no revelaron si Trump ha tomado ya la decisión, que entre otras cosas podría implicar un embargo al petróleo venezolano.
Algunos republicanos, como el influyente senador Marco Rubio, han acusado al Gobierno de Nicolás Maduro de tener nexos con el terrorismo internacional y han abogado por la inclusión de Venezuela en la lista.
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Sin embargo, las consecuencias que esta decisión tendría para el sector petrolero han hecho que otros republicanos de estados con refinerías como Texas y Luisiana rechacen la medida.
Además, expertos cuestionan los presuntos nexos de Venezuela con organizaciones terroristas internacionales.
"Sospecho que esto (la inclusión en la lista) se basará en rumores y fuentes de integridad cuestionable", afirmó al Post David Smilde, del centro de estudios Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
La designación de Venezuela como país patrocinador del terrorismo podría debilitar la legitimidad internacional de la lista, apuntaron estos expertos consultados por el rotativo.
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Desde su llegada a la Casa Blanca hace casi dos años, Trump ha endurecido la estrategia estadounidense contra Venezuela, incluyendo sanciones económicas al propio Maduro, su esposa, Cilia Flores, y su vicepresidenta, Delcy Rodríguez, entre muchos otros funcionarios cercanos al mandatario.
El presidente estadounidense también ha dejado abierta la puerta a una intervención militar en el país caribeño, y según el Post funcionarios de su Gobierno se han reunido en varias ocasiones con militares venezolanos interesados en promover un golpe contra Maduro.
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