"El tesoro fue hallado", dijo Forrest Fenn, el millonario marchante del estado de Nuevo México que escondió en 2010 la caja repleto de pepitas de oro y piedras preciosas.
Fenn había redactado un alambicado poema que, junto a un mapa, debería permitir el hallazgo. Ese enigma enfervorizó a muchos estadounidenses, incluso más allá de lo razonable.
El tesoro "estaba bajo un dosel de estrellas en la vegetación boscosa de las Montañas Rocallosas y no fue movido desde que lo escondí hace más de 10 años", escribió Fenn, de 89 años.
"No conozco a quien lo encontró, pero el poema de mi libro lo condujo al lugar preciso", añadió en su comunicado publicado el pasado fin de semana.
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Unas 350.000 personas lo buscaron en los últimos diez años, dijo. Algunos llegaron a renunciar a sus empleos para dedicarse a la encontrar del tesoro.
Al menos cuatro murieron accidentalmente durante la búsqueda en el enorme territorio de las Rocallosas, que se extienden a lo largo de más de 3.000 kilómetros.