El menor estaba en una pequeña caja debajo las escaleras. Autoridades no saben si murió antes o después de nacer.
Tremendo susto se llevaron los hermanos Thompson, dos hombres y una mujer, cuando limpiaban la casa de su madre recién fallecida, Carol Thompson, y encontraron una caja con los restos momificados de un menor.
De inmediato, los familiares llevaron el cadáver a la Policía de Teeside, ciudad al noreste de Inglaterra, para que investigara el extraño hallazgo.
Tras varios meses de análisis, fue poco lo que las autoridades pudieron averiguar sobre el hecho que ocurrió en febrero pasado.
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Sin embargo, gracias a las pruebas de ADN, se determinó que el menor era hijo de Melvin y Carol Thompson, es decir, hermano de los otros tres Thompson.
Más allá del parentesco del menor, la Policía científica no pudo esclarecer la causa de la muerte del bebé, su fecha de nacimiento o la razón por la que fue ocultado en la caja. Es más, ni siquiera pudieron comprobar si el pequeño murió antes o después de nacer.
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En la caja no había mayores pistas: solo una carta escrita en 1968, año del matrimonio entre Carol y Melvin, y un pedazo de tela que data del periodo entre 1950 y 1960.
El coronel John Broadbridge aseguró que el caso era el más “desconcertante” que había asumido la Policía de la zona en los últimos 25 años.
Al interrogar a los Thompson, todos ellos aseguraron que no tenían información alguna sobre la existencia del que sería su hermano mayor. Es más, Melvin Thompson, que se separó de la mujer en 1996, afirmó que no sabía que su esposa estaba embarazada en esa época y que, mucho menos, conocía de la existencia del pequeño.