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El mundo digital en Bosnia y en gran parte de Europa quedó en shock tras la repentina muerte de la influencer Adna Rovčanin-Omerbegović, una joven de 26 años oriunda de Sarajevo que falleció apenas días después de haberse casado.
Según informaron medios locales y europeos, Adna contrajo matrimonio el pasado 13 de septiembre, en una celebración ostentosa en el hotel Hollywood de Sarajevo junto a su esposo, Faris. Sin embargo, poco después de dar el “sí, acepto”, comenzó a sentirse mal y pidió asistencia médica.
La familia la trasladó de inmediato a un hospital, donde los especialistas decidieron inducirla en coma farmacológico. Dos días más tarde, el 15 de septiembre, falleció.
La noticia comenzó a circular recién el domingo 21, después de que la familia —en medio de un profundo hermetismo— confirmara el hecho. Hasta el momento, las causas exactas no se han revelado oficialmente, aunque portales locales como Ekskluziva señalaron que podría tratarse de una lesión cerebral.
El velorio se realizó el reciente fin de semana en el cementerio Bare, en Sarajevo, en medio de un ambiente de discreción y reservado únicamente a familiares y amigos cercanos. El cuerpo de Adna no fue enterrado todavía, ya que se están llevando a cabo exámenes forenses para determinar con precisión qué provocó el desenlace.
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Lo que añade aún más misterio es que meses atrás, en sus redes sociales, Adna había compartido que había sido hospitalizada de urgencia e incluso estuvo en coma por varios días, aunque nunca detalló la causa. Ese antecedente volvió a cobrar fuerza tras su inesperada muerte.
Rovčanin-Omerbegović no solo se había consolidado como creadora de contenido en redes sociales —donde compartía consejos de cuidado personal y belleza—, sino que también era propietaria de un salón de estética en Sarajevo, profesión para la que se había preparado tras estudiar enfermería.
Su carisma y estilo la llevaron a convertirse en modelo de diferentes marcas, lo que amplió aún más su visibilidad en el mundo digital. En pocos años logró ganarse un lugar como referente juvenil, especialmente entre mujeres interesadas en la belleza y el cuidado de la piel.
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“Transmitía energía positiva a su alrededor”, aseguraron personas de su círculo íntimo a la prensa local, destacando su personalidad alegre, trabajadora y cercana.
La repentina muerte de Adna dejó un profundo vacío en su comunidad digital y en quienes la seguían como referente de estilo de vida. Sus redes sociales, cerradas automáticamente tras su fallecimiento, eran un espacio donde compartía no solo rutinas de belleza, sino también reflexiones personales y momentos de su vida cotidiana.
En su despedida de soltera, había escrito en sus redes: “Es una gran felicidad tener a alguien que se alegra con tu felicidad, ¡y yo tengo un ejército de esas personas detrás de mí! Inmensamente agradecida por todo”. Ahora esas palabras resuenan como un testimonio final de una vida que parecía estar en pleno auge, pero que se apagó en circunstancias tan trágicas como enigmáticas.
El caso sigue abierto y genera múltiples interrogantes. Mientras tanto, miles de seguidores en Europa recuerdan a Adna como un símbolo de juventud, belleza y resiliencia, cuya historia se convirtió en una de las más desconcertantes del año en el mundo digital.
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MARÍA PAULA GONZÁLEZ
PERIODISTA DIGITAL DE NOTICIAS CARACOL