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Las periodistas de revista de mujeres del Vaticano renuncian porque directivas buscan “obediencia”

AFP

“Tiramos la toalla porque nos sentimos rodeadas por un clima de desconfianza”, dijo la redacción del L'Osservatore Romano en una carta al papa Francisco.

La directora Lucetta Scaraffia y todo el equipo editorial de Donne, Chiesa, Mondo (Mujer, Iglesia y Mundo), que se distribuye mensualmente con el diario del Vaticano, ha escrito una misiva al sumo pontífice.

Scaraffia publicará un editorial en el próximo número del 1 de abril, que será el último y en el que explicará los motivos de este gesto.

Esta revista se había hecho eco en sus ediciones pasadas tanto de los abusos sexuales y de poder por parte de los religiosos a las monjas, así como del maltrato hacia las religiosas, relegadas a ser las "sirvientas" del clero masculino.

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"Con este número la redacción interrumpe, después de siete años, la publicación de Mujeres, Iglesia y Mundo. De hecho, notamos que ya no hay condiciones para continuar nuestra colaboración con L'Osssservatore Romano", señala en el editorial Scaraffia.

La directora del mensual, publicado en español por Vida Nueva y en francés por La Vie, denuncia que la línea editorial "no ha encontrado el apoyo de la nueva dirección de L'Osservatore Romano" y que "se ha vuelto a la selección de mujeres de arriba, a la elección de colaboradores que aseguran obediencia y a renunciar a cualquier posibilidad de abrir un verdadero diálogo, libre y valiente".

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Scaraffia explicó que en su decisión pesan todas las motivaciones que escribe en su editorial, así como confirmó un intento pasado del director del L'Osservatore Romano, Andrea Monda, de querer dirigir también el suplemento.

"Se vuelve a la autorreferencialidad clerical y renunciar a esa parresia tan a menudo solicitada por el papa Francisco", añade la intelectual italiana.

La redacción por su parte explica en su carta al papa Francisco: "Tiramos la toalla porque nos sentimos rodeadas por un clima de desconfianza y deslegitimación progresiva, desde una mirada en la que no sentimos estima y crédito para continuar nuestra colaboración".

Explican que la revista no fue la primera en sacar a la luz las "graves denuncias de explotación a las que han sido y son sometidas muchas mujeres consagradas", pero que lo hicieron.

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"Ya no podíamos guardar silencio: la confianza que tantas mujeres habían depositado en nosotras se habría visto gravemente herida", añaden.

Critican que ahora "una iniciativa vital se reduce al silencio y que volvemos a la costumbre anticuada y árida de elegir desde arriba, bajo el control directo del hombre, de mujeres consideradas confiables".

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Esta situación se produce después de los cambios en la comunicación del Vaticano como las salidas de los portavoces vaticanos, Greg Burke y Paloma García Ovejero, tras la llegada del nuevo prefecto del Dicasterio de la Comunicación, Paolo Ruffini.

Así como la sustitución también del director del L'Osservatore romano, Giovanni Maria Vian, quien había lanzado y apoyado el proyecto del suplemento femenino, por el escritor y profesor de religión, Andrea Monda.

Por su parte, Monda aseguró que "de ninguna manera" seleccionó "a alguien, hombre o mujer, con el criterio de obediencia" y que siempre ha evitado "interferir con el suplemento mensual", en un comunicado enviado por la oficina de prensa del Vaticano, que no informó de la dimisión del equipo de Donne, Chiesa, Mondo.

Monda aseguró que el suplemento seguirá siendo publicado, aunque no citó quién se hará cargo.

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