La nueva fuga de petróleo en las costas de Perú se dio en la noche del pasado martes, 25 de enero de 2022, cuando Repsol realizaba labores en un ducto submarino, en medio de las investigaciones para hallar las causas del gran derrame del 15 de enero , en el cual también está involucrada la petrolera española.
En un principio, Repsol negó la fuga, pero la Marina de Guerra de Perú constató una mancha en las inmediaciones del ducto de la refinería.
Aunque no se ha precisado la cantidad de crudo que cayó al mar, se sabe que es mucho menor que los 6.000 barriles de petróleo que el pasado 15 de enero se vertieron en las aguas del Pacífico peruano, cuando un buque hacía una descarga en la refinería La Pampilla.
- Vea también: Príncipe Andrés pidió un juicio con jurado
En este primer episodio, Repsol culpó al alto oleaje causado por la erupción volcánica en Tonga. Desde entonces, cientos de brigadistas trabajan para mitigar los daños.
Publicidad
Según el Ministerio del Ambiente, este vertido afectó unas 173 hectáreas de superficie marina, una de las más biodiversas del mundo, y más de 180 hectáreas en la franja de playas, equivalentes a unos 270 campos de fútbol.
Esto causó la muerte de aves y peces, además de afectaciones en una veintena de playas. También, dejó sin trabajo a cientos de pescadores artesanales.
Publicidad