Una inusual situación se vivió hace unos días en la Universidad de Canberra, Australia, en lo que terminó siendo una graciosa confusión.
Ocurrió cuando staff de la universidad percibió un fuerte olor que relacionó con una fuga de gas. De inmediato, activaron el protocolo y ordenaron la salida de todos los alumnos que se encontraban en el edificio.
La eficiencia fue tal que en solo seis minutos se evacuó completamente el área. Muy diligentes, los empleados llamaron a los bomberos, quienes llegaron a los pocos minutos e hicieron un barrido del lugar.
No encontraron una fuga de gas pero si la razón para tan fuerte olor. Era un pedazo de durián, o también llamada la ‘fruta más apestosa del mundo’.
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Muy popular en el sudeste asiático, es consumida no solo por su agradable sabor sino por sus propiedades medicinales.
Odiada por unos y amada por otros, quien quiera probar la fruta debe soportar su fuerte hedor que algunos describen como ‘un animal muerto’ o ‘comer vainilla en una letrina’.
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El aroma es tan fuerte y desagradable que su consumo ha sido prohibido en transportes públicos y lugares de gran afluencia en países como Filipinas.
Al parecer, alguien dejó un pedazo de esta fruta en una de las canecas de la biblioteca lo que causó la fetidez.
Tomándose el asunto graciosamente, la cuenta de Twitter de la universidad informó a sus alumnos que era seguro regresar al sitio, pese al fuerte olor. “La fruta transgresora ha sido removida”, aseguró la institución.
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