Rescataron a Caramelo, caballo atrapado en un techo por inundaciones en Brasil

Los equipos corrieron contrarreloj este jueves, 9 de mayo de 2024, para entregar ayuda a las comunidades afectadas por las inundaciones en el sur de Brasil antes de la llegada de nuevas tormentas que se pronostica que azotarán la región una vez más.

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Unos 400 municipios se han visto afectados por la peor calamidad natural que jamás haya azotado el estado de Rio Grande do Sul, con al menos 107 personas muertas y cientos más heridas.

Más de 164.000 personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares en la capital del estado, Porto Alegre, una ciudad de aproximadamente 1,4 millones de habitantes, y en cientos de otras ciudades y pueblos.

Muchas personas en la región no tienen acceso a agua potable o electricidad, ni siquiera a los medios para pedir ayuda, y los servicios de teléfono e internet están caídos.

Un total de 134 personas fueron reportadas como desaparecidas y casi 1,7 millones sufrieron daños en las inundaciones que el Gobierno y los expertos han relacionado con el cambio climático. 

Los rescatistas en botes y motos acuáticas recorrían el jueves calles convertidas en ríos, buscando a personas atrapadas en sus casas o a quienes se resistían a salir por temor a saqueos.

El caballo protagonista en Canoas

En la localidad de Canoas, en las afueras de la capital del estado, los rescatistas sacaron un caballo, llamado Caramelo, desde un tejado en botes inflables, según imágenes de los medios locales.

El río Guaíba del estado, que atraviesa Porto Alegre, alcanzó niveles históricos esta semana y las autoridades advirtieron que cinco represas estaban en riesgo de romperse.

"La atención se centra todavía en los rescates... pero estamos trabajando muy duro para entregar ayuda humanitaria", dijo a los periodistas Sabrina Ribas, portavoz de la fuerza de defensa civil que se encarga de la ayuda en casos de desastre.

Estos esfuerzos podrían verse obstaculizados en los próximos días, añadió, dadas las advertencias de nuevos aguaceros del viernes al domingo.

Solidaridad "impresionante"

En un complejo deportivo del centro de Porto Alegre, un refugio improvisado acoge a 450 personas en colchones esparcidos por el suelo, además de algunas decenas de perros y un cerdo pequeño.

"La solidaridad es impresionante", dijo a la AFP el director de la escuela Resplande de Sa, de 57 años, en un centro de donación, mientras los voluntarios clasificaban ropa de cama, ropa y pañales.

Varias cárceles han buscado asistencia federal tras quedarse sin agua potable, según la no gubernamental Red de Justicia Penal.

En una cárcel, los prisioneros tuvieron que ser trasladados a pisos más altos cuando las aguas entraron al complejo.

El desastre ha dañado más de 60.000 viviendas y devastado la economía del estado mayoritariamente agrícola, que normalmente suministra más de dos tercios del arroz consumido en Brasil.

El Gobierno federal dijo el jueves que reservaría 10.000 millones de dólares para la reconstrucción de la región.

Y el Banco Interamericano de Desarrollo prometió 1.100 millones de dólares para la reconstrucción de infraestructura, apoyo a las empresas y medidas para ayudar a las personas a conservar sus empleos.

La estatua del Cristo Redentor en Río de Janeiro fue iluminada el miércoles por la noche en homenaje a las víctimas, con un mensaje pidiendo más donaciones.

Llegó ayuda desde fuera de Brasil

El papa Francisco envió 100.000 euros (107.000 dólares) para ayudar a atender a los evacuados, y el magnate Elon Musk dijo que su compañía satelital Starlink donará 1.000 terminales a los servicios de emergencia "y hará que el uso de todos los terminales... sea gratuito hasta que la región se haya recuperado".

Solo dos de las seis plantas de tratamiento de agua de Porto Alegre estaban funcionando, dijo la oficina del alcalde a principios de esta semana, y los hospitales y refugios estaban siendo abastecidos mediante camiones cisterna.

Mientras tanto, el Gobierno federal dijo que importaría 200.000 toneladas de arroz para garantizar el suministro y prevenir la especulación de precios. 

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