Richard Harris, un experto buceador australiano, jugó un papel fundamental monitoreando la salud de los doce pequeños.
Tanto así que Narongsak Osottanakorn, jefe del rescate, dijo que “toda la operación no habría sido posible sin las habilidades únicas que Harris trajo a la misión”.
Y es que Richard pasó tres días con los niños en la cueva y fue el último de los buzos en salir de ella.
Al hacerlo, su alegría por el éxito de la operación se vio opacada con la noticia de que su papá había muerto.
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Harris nunca lo vio venir. Según trascendió en medios locales, su padre no presentaba problemas de salud cuando decidió dejarlo todo para salvar a los ‘Jabalíes Salvajes’.
"Es con gran dolor que confirmo que el padre de Harry murió anoche, poco después de la exitosa misión de rescate", reveló Andrew Pearce, jefe de servicios clínicos de la organización en la que trabaja el australiano.
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Pese a todo, Harris quedará en la historia como uno de los héroes del impresionante rescate de doce niños y su entrenador en Tailandia.
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