O'Neill, miembro del grupo de fuerzas especiales Navy SEAL de Estados Unidos, le concedió una entrevista al Washington Post.
El uniformado, de 38 años y veterano de Irak y Afganistán, había accedido a comentar la operación militar que en mayo de 2011 acabó con el jefe de Al Qaeda en una entrevista previa con la revista Esquire en 2013, pero solo a condición de que no se divulgase su nombre.
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Durante la próxima semana, el antiguo Navy SEAL tenía previsto hacer pública su identidad en dos entrevistas concertadas con la cadena Fox News y el Washington Post, pero decidió adelantarlo después de que una página web de antiguos miembros del grupo de fuerzas especiales decidiese filtrarlo como señal de protesta.
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En su entrevista con el Post, afirma que lo que en un principio había sido un secreto militar, su identidad, había sido objeto de constantes filtraciones dentro de las fuerzas armadas y del Congreso estadounidenses.
O'Neill agregó que tomó su decisión de revelar su nombre después de una reciente reunión con familiares de víctimas de los atentados del 11-S en Nueva York en la que le expresaron "que ayudaría a dar cierre a lo ocurrido".
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No obstante, la salida a la luz pública del nombre de O'Neill ha generado una importante controversia en el seno de las fuerzas armadas de EE. UU.
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El comandante de las fuerzas de Guerra Especiales de la Armada, B.L. Losey, en una carta a sus oficiales fechada el 31 de octubre subrayaba que no toleraba "una desconsideración caprichosa o egoísta de nuestros valores fundamentales para conseguir notoriedad pública o beneficio financiero".
Por su parte, O'Neill califica la operación en el refugio de Bin Laden en la localidad paquistaní de Abbottabad como la más difícil de su dilatada carrera.
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"No pensé que fuese a sobrevivir", recalca.
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O'Neill estaba acompañado de otros cinco Navy SEAL que accedieron al complejo donde estaba alojado Bin Laden y llegaron al tercer piso, en el que descubrieron al cabecilla máximo de Al Qaeda refugiado junto a una de sus mujeres.
"En ese segundo, le disparé dos veces en la frente. Bap! Bap! La segunda vez, cuando se caía. Se encogió enfrente de su cama y le disparé de nuevo", señaló.
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Los detalles de la operación ya habían sido relatados por Mark Bissonnette, uno de sus colegas, en un libro titulado "No Easy Day" (No era un día fácil).
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En el asalto del 2 de mayo de 2011 que dio muerte a Bin Laden participaron en total 23 Navy Seal y un intérprete, que acabaron también con la vida de dos guardaespaldas del terrorista, la mujer de uno de ellos y uno de los hijos del líder de Al Qaeda.