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Entre sollozos, vecinos de una favela del norte de Río de Janeiro colocaron más de 40 cuerpos alineados en una plaza la mañana de este miércoles 29 de octubre, un día después de la operación policial más sangrienta en la historia de la ciudad contra el narcotráfico, constataron la AFP y EFE.
Hasta el momento no hay información oficial sobre si forman parte del balance de 60 presuntos criminales muertos que informó el gobierno de Río, además de cuatro policías fallecidos. Interrogada por la AFP, la asesoría de la gobernación de Rio indicó no tener por ahora información sobre los cuerpos encontrados por los vecinos.
Los cadáveres fueron dispuestos cerca de una de las principales vías del Complejo da Penha, una de las zonas donde tuvo lugar la operación, la mayor de la historia de la ciudad, con 2.500 agentes movilizados. Todos hombres, quedaron tendidos en el suelo, lado al lado, a la vista de los vecinos y de los periodistas que llegaron al lugar.
La operación de rescate, realizada en zonas boscosas en las inmediaciones de las favelas, fue liderada principalmente por mujeres, que estaban a la búsqueda de sus compañeros, hermanos o hijos.
La AFP vio un fallecido con la cabeza destrozada y algunos vecinos denunciaron "ejecuciones". "Hay personas ejecutadas, muchas de ellas con un tiro en la nuca, un tiro por la espalda, esto no puede ser considerado seguridad pública", dijo el vecino y activista Raul Santiago, de 36 años.
"Se ven marcas de quemaduras, personas amarradas, hay personas allí que fueron sometidas y asesinadas fríamente", añadió a la AFP el abogado Albino Pereira Neto, que representa a tres familias que perdieron a algún pariente.
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De acuerdo con el último reporte oficial, divulgado la noche del martes, la operación dejó 64 muertos, 11 heridos, entre ellos 8 policías, y se saldó con 81 detenciones.
El martes se registraron escenas de guerra en la ciudad postal de Brasil: hubo tiroteos, incendios y enfrentamientos entre las fuerzas del orden y presuntos criminales, que usaron autobuses como barricadas y drones para lanzar "bombas", según las autoridades.
El operativo tenía como objetivo debilitar el Comando Vermelho, el principal grupo criminal de Río de Janeiro que opera en las favelas, barrios populares con alta densidad de población. Se debían ejecutar 100 órdenes de arresto.
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El gobernador Cláudio Castro ordenó reforzar el patrullaje en todo el territorio del estado, particularmente en las principales vías expresas, los accesos a la región metropolitana y el transporte público, según un comunicado de su despacho.
Una delegación del gobierno del presidente Luiz Inácio Lula da Silva viajará a Río de Janeiro para mantener una "reunión de urgencia" con Castro.
Varios ministros se reunieron el martes en Brasilia para evaluar la crisis mientras Lula regresaba de una gira por el sudeste asiático.
El megaoperativo provocó el caos en la ciudad. Escuelas suspendieron clases, el transporte público colapsó y miles de habitantes quedaron atrapados sin poder regresar a sus casas.
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Este miércoles, la ciudad amaneció sin nuevos bloqueos y con una situación normal en el tráfico de vehículos, después de la jornada de caos.
Organismos internacionales y organizaciones civiles condenaron la operación. La ONU se dijo "horrorizada" y 30 entidades, incluida Amnistía Internacional, denunciaron que la acción pone a la ciudad "en un estado de terror".
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EDITADO POR SANDRA SORIANO SORIANO
COORDINADORA DIGITAL NOTICIAS CARACOL
smsorian@caracoltv.com.co
*CON INFORMACIÓN DE AGENCIAS AFP/EFE