Ocho días después de las dos explosiones que sembraron muerte, dolor y angustia en Beirut , varias familias siguen buscando desesperadamente a sus seres queridos. Esta es la historia de tres bomberos: Najib, su primo Charbel y su cuñado, también de nombre Charbel, de los que no se sabe nada desde el pasado 4 de agosto.
Fueron de los primeros en llegar al puerto tras la primera explosión y los sorprendió el segundo estallido del fatídico día cuando a Beirut la sacudió el horror, la sangre y la confusión.
"Solo queremos a nuestros hijos, no queremos nada de las autoridades, los queremos a ellos, ya sea de una pieza o de muchas”, dice Rita Hitti, madre de uno de los bomberos.
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La mujer reclama que la dejen ingresar al destruido puerto, pues asegura que podría dar con sus seres queridos: “puedo reconocerlos por su olor, necesito ir adentro y buscarlos”.
La explosión mató a 171 personas e hirió a más de 6.000.
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Además, dejó profundas huellas que difícilmente sanarán: “Estoy mal. Llevamos veinte años viviendo en esta casa. Crie a mis hijos aquí, el único problema que teníamos era poner comida en nuestra mesa. Sin embargo, ahora nuestro problema se ha agrandado, ya no tenemos nada”, cuenta una de las afectadas.
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Por su parte, en medio también de la crisis por el coronavirus que afronta el mundo, la OMS advirtió que el 50% de los hospitales de la ciudad no están funcionando.
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