
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, defendió este martes el despliegue de miles de soldados en Los Ángeles ante las protestas desatadas por las recientes redadas migratorias, asegurando que los disturbios representan "un ataque a la soberanía nacional" y acusando a los manifestantes de querer "prolongar una invasión extranjera" del país.
Durante un mitin en la base militar de Fort Bragg, Trump afirmó que los disturbios en California, donde su Gobierno ha desplegado unos 4.700 soldados entre Guardia Nacional y marines, son obra de “alborotadores” que portan banderas extranjeras, principalmente de México y Centroamérica, y buscan alterar el orden público.
“No vamos a permitir que eso suceda. Lo que están presenciando en California es un ataque total a la paz, al orden público y a la soberanía nacional”, dijo el mandatario.
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El presidente también aseguró que su administración no tolerará que los agentes federales sean agredidos ni que “una ciudad estadounidense sea invadida y conquistada por un enemigo extranjero”. En ese contexto, acusó a la administración del expresidente Joe Biden de haber permitido la entrada de muchas de las personas que hoy protestan.
Trump dedicó parte de su discurso a criticar la presencia de banderas extranjeras en las manifestaciones, e incluso denunció que se han registrado quemas de banderas estadounidenses. “Quienes queman la bandera estadounidense deberían ir a la cárcel por un año”, afirmó, recibiendo una ovación de los militares presentes. También adelantó que su Gobierno trabaja con senadores para impulsar una legislación que penalice ese acto con cárcel.
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Las manifestaciones que han producido discusiones entre el Gobernador de California y el presidente
Las declaraciones del mandatario se producen en un contexto de fuerte tensión entre el Gobierno federal y las autoridades californianas. El lunes, el estado de California presentó una demanda contra la Casa Blanca, argumentando que el despliegue de tropas se hizo sin el consentimiento del gobernador Gavin Newsom y que representa un abuso de poder que vulnera la Décima Enmienda de la Constitución, la cual protege la autonomía de los estados.
Newsom y otros líderes estatales han rechazado la presencia militar, señalando que las protestas han sido mayoritariamente pacíficas y que la policía local ha logrado mantener el orden. Sin embargo, Trump insiste en que la respuesta estatal ha sido insuficiente y acusa a Newsom de no garantizar la seguridad en Los Ángeles.
El despliegue militar, que costará al menos 134 millones de dólares, se da en medio de una ola de manifestaciones que iniciaron tras una serie de operativos del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) contra trabajadores indocumentados.
Mientras tanto, la tensión en las calles continúa creciendo, y el debate sobre los límites del poder federal frente a los gobiernos estatales vuelve a encenderse en la política estadounidense.
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Con información de EFE.