Esta vendedora ambulante de 55 años no ha podido trabajar por la pandemia del coronavirus.
“Yo vendo mis empanaditas, con eso sobrevivo, y ahorita no puedo trabajar, porque estoy escondida”, dice doña Nidia.
A su celular “flecha”, le entró una llamada en la que le notificaban que era beneficiaria del programa Ingreso Solidario. “Me pidieron mis datos: nombre, número de cédula”, recuerda.
Nidia Martínez resultó beneficiada en la segunda etapa de entrega de subsidios focalizada en aquellas personas que no están bancarizadas que son contactadas por las entidades financieras asignadas.
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“Para celulares flechita o sencillos, aquí solo aplica Ahorro a la Mano o Daviplata. También a través del Banco Agrario, en zonas de difícil acceso”, explica Andrés Felipe Rojas, vicepresidente de Asuntos Corporativos de Asobancaria.
Como Nidia no tiene una cuenta bancaria, pudo retirar su subsidio desde una sucursal de Efecty.
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La ayuda, según el Gobierno, les llegará a tres millones de familias que no se encuentran en ningún programa social.