Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Push Noticias Caracol
Reciba nuestras notificaciones con lo último de:
Ahora no
Activar

Publicidad

Tras crimen en carnicería de Bogotá, con esta llamada están amenazando a otros comerciantes

“Solamente nos amenaza, pero nunca nos insulta”, dice una de las víctimas del extorsionista, que se hace llamar El Cebollero. Crece el miedo cerca de la carnicería de Bogotá donde se cometió el homicidio.

Tras el asesinato de un comerciante en una carnicería de Bogotá, donde cuatro de sus empleados resultaron heridos, un extorsionista que se ha identificado como El Cebollero les está haciendo videollamadas a los propietarios de otros negocios para cobrarles dinero a cambio de no hacerles daño.

Los comerciantes de la avenida Ciudad de Cali con calle 13 dicen estar sitiados por las bandas criminales, que les cobran hasta 2 millones de pesos quincenales para permitirles abrir sus negocios.

Luego del atentado que acabó con la vida de uno de los dueños de una carnicería de Bogotá, una de las víctimas le contó a Edward Porras, Ojo de la Noche de Noticias Caracol, cómo son extorsionados ahora.

Dijo que “llegan en una moto dos hombres, o a veces llegan hombre y mujer en moto, nos pasan un teléfono y tenemos que hablar con un tal Cebollero. Se identifica como El Cebollero y nos dice que, a partir del momento, de la fecha, debemos hacer una colaboración por nuestra seguridad y por la seguridad de nuestros locales, porque el que no colabore va a ser objetivo militar”.

Ante el miedo, entre 15 y 18 comerciantes han accedido a pagarles a los extorsionistas.

Publicidad

El comerciante sostuvo que “el tipo se nombra como El Cebollero y da la cara sin ningún problema, pero nunca en las videollamadas es grosero o algo. Nunca, solamente nos amenaza, pero nunca nos insulta”.

Asegura que, tras el asesinato en la carnicería de Bogotá, la Policía Metropolitana los acompañó por un tiempo, pero luego quedaron abandonados y a la merced de los extorsionistas.

Publicidad

Por eso, piden a las autoridades “que nos apoyen, que no nos dejen solos, que brinden mucha más seguridad y que los cuadrantes hagan más presencia porque cada dos horas o tres horas están aquí y no vuelven más”.

Los comerciantes tienen miedo de lo que pueda pasar si dejan de pagar las cuotas exigidas por los criminales.

  • Publicidad