La posible asistencia del presidente Gustavo Petro a la cumbre convocada por el gobierno suizo para apoyar al gobierno de Ucrania frente a la invasión rusa podría interpretarse como fuera de lugar.
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El presidente Gustavo Petro ha dicho que hay que propiciar una negociación, postura que no acepta el gobierno de Ucrania y sus principales aliados que califican a Rusia de agresor y que, por tanto, hay que exigirle la retirada de sus tropas del terreno invadido.
Los presidentes de México y Brasil nunca consideraron ir a esa cumbre en Suiza, a diferencia del presidente Gustavo Petro, dado que la postura colombiana era suficientemente clara.
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Cuando el presidente Petro pidió información sobre la cumbre a la que iba a asistir, le reclamó al canciller y a la directora del Departamento de la Presidencia por haber agendado su participación.
Y fue ahí cuando decidió cancelar su asistencia, que era el motivo más importante de su viaje a Europa.
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Esta situación motivó la publicación de un comunicado de prensa por parte de la Cancillería de Colombia en la que atribuía la cancelación al texto final de la declaración de la cumbre. Pero en realidad lo que había de por medio era un regaño del presidente.
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