Un análisis a gran escala publicado en la revista de Nature, dedicada al comportamiento humano, que incluyó un total de 212 estudios con datos de más de 12.000 personas, muestra que la interacción con otros a través del tacto es de vital importancia. Los abrazos son fundamentales.
Juan Manuel Orjuela, neuropsiquiatra, dice que, “en niños recién nacidos, el abrazo de 17 a 20 minutos, que son los programas canguro, reducía el cortisol, que es la hormona del estrés. Además, promovía el aumento de peso en estos niños. En adultos demostró que tenía una reducción del dolor físico y emocional en personas con ansiedad y depresión".
Esa sensación de bienestar es el resultado de una respuesta física, en la cual están involucradas diferentes sustancias, como explica el neurosiquiatra.
“El contacto piel a piel en un abrazo incrementa en los niños y en los adultos la hormona llamada oxitocina, que nos ayuda a vincularnos o es la hormona del apego. Eso crea un vínculo biológico con las personas que queremos o con nuestros hijos. Por otro lado, los abrazos liberan endorfinas, que generan un efecto ansiolítico relajante e incrementa el bienestar”, señala el profesional.
¿Cuáles serían las características y dosis del que podríamos llamar un abrazo terapéutico?
Publicidad
“Algunos estudios muestran que de 4 a 8 abrazos al día es la dosis que debemos recibir. Sin embargo, debemos tener cuidado porque puede haber un fenómeno de acostumbramiento. Si te abrazan todo el día o todos los días, por largos periodos, ya no tienes esos beneficios”, manifestó Orjuela.
El estudio también mostró que los efectos positivos a nivel psicológico se obtienen principalmente de abrazos de personas cercanas, como amigos y familiares, así que estamos frente a una intervención efectiva, sencilla y gratuita.
Publicidad
“Después de la pandemia, estudios indican que una de cada tres personas en Latinoamérica tiene sentimientos profundos de soledad. Las redes sociales distancian, entonces el acercamiento y frecuencia del contacto es fundamental. Por otro lado, la intención de dar un abrazo bien intencionado, empático, respetuoso y que además tenga esa noción de que abrazas no solamente al sujeto, sino el dolor y sus heridas, siempre será terapéutico", explicó.
Aunque parece trivial, la ciencia está frente a un tema de investigación en el que hay todavía mucho por aprender y en el que la tecnología también podría jugar un papel clave como el desarrollo de robots y equipos para intervenciones incluso de tipo médico.
Este análisis se centró en humanos, pero también se sabe que muchas especies animales, el mejor ejemplo tiene que ver con las mascotas, se benefician y obtienen bienestar de ese contacto físico.