En Bogotá, la repentina desaparición de Marilyn Yulieth Rojas alertó a su familia y a las autoridades. La última vez que se le vio fue en su celebración de cumpleaños, donde en una grabación se le ve acompañada de su esposo, Juan Carlos Góngora Nieto. Séptimo Día investigó este caso y encontró detalles de una escena del crimen aterradora. ¿Qué fue lo que ocurrió?
El 30 de noviembre de 2017, Marilyn Yulieth Rojas desapareció sin dejar rastro. Era una enfermera de 29 años y como de costumbre ese día tenía que trabajar, pero nunca llegó a la clínica. Tras varias llamadas y todas sin respuesta, la preocupación de su familia se hizo evidente.
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Marilyn Rojas había conocido en 2010 a Juan Carlos Góngora Nieto, 23 años mayor que ella y con dos hijos de otro matrimonio. Sin embargo, ese no fue impedimento para que su relación se fortaleciera. Después de siete meses se casaron y conformaron una familia.
No obstante, sus seres queridos empezaron a evidenciar comportamientos preocupantes de Juan Carlos, entre ellos, su fuerte temperamento y su distanciamiento. “Le empieza a mirar el celular en cada momento, no le gustaba que compartiera con otros amigos”, aseguró Johanna Rojas, hermana mayor de Marilyn.
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Compañeros del trabajo afirmaron que ella varias veces les mencionó la inconformidad que tenía con su esposo, ya que este la perseguía y la vigilaba constantemente. Según su familia, Marilyn debía entregarle todo su sueldo a Juan Carlos para mantener a su hijo de un año y también a los dos hijos del anterior matrimonio de él.
Tras la difícil situación que estaba viviendo dentro de su hogar, Marilyn tomó la decisión de irse de la casa con su hijo, pero cuando le comentó a su esposo los comportamientos agresivos aumentaron.
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¿Qué pasó con la desaparición de Marilyn Yulieth Rojas?
En medio de la incertidumbre, la familia supuso que detrás de la desaparición estaba su esposo. El Gaula de la Policía de Bogotá inició la investigación con Juan Carlos Góngora como principal sospechoso. Sin embargo, dos días después se dio a la fuga.
Las autoridades realizaron el respectivo allanamiento de la vivienda de la pareja, en donde encontraron rastros de sangre en el cuarto principal, lo que inducía a un presunto asesinato.
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El testimonio de la hija mayor de Juan Carlos fue clave para la Policía. Ella mencionó que su padre le pidió comprar unas bolsas y una cinta, después se encerró en el cuarto con unos elementos de aseo por varias horas. En la noche, se le vio sacando las bolsas de su residencia, asegurando a los operarios del camión de basura que se las llevarán de inmediato porque era un perro muerto.
Para la familia y el Gaula de la Policía era claro que Juan Carlos Góngora era el autor del atroz crimen y que los restos de Marilyn se encontraban en el relleno sanitario Doña Juana. Además de las limitaciones en estructura y tecnología, les fue negada la autorización de buscar en el basurero.
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Los testimonios permitieron que las autoridades emitieran orden de captura contra Juan Carlos Góngora, quien estaba escondido en el municipio de La Dorada, Caldas. La Fiscalía le imputó cargos por el delito de desaparición forzada, ya que sin la evidencia de un cuerpo no se podía establecer que se había cometido un feminicidio. Un caso que generó debate entre los expertos y una desolación en los familiares de la víctima.
El 20 de noviembre de 2018, un año después del crimen, la juez condenó a Juan Carlos Góngora a 36 años de prisión, pero como él aceptó cargos la pena se redujo a 18 años que, con acciones como buen comportamiento, podría reducirse a 10 años.
No obstante, tras la insistencia de los seres queridos de Marilyn Rojas, el caso se volvió a retomar en diciembre de 2022, donde se le imputó el delito de feminicidio agravado a Juan Carlos, quien no aceptó ese cargo. A hoy, el proceso continúa a la espera de una decisión que permita alivianar el dolor de toda una familia.
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