“No es cierto que puedan cantar lo que quieran”, advirtió la Fiscalía, y recordó el caso de un reguetonero capturado hace unos meses en Barranquilla.
Se trata de Aldo Antonio Jacobs, a quien sorprendieron con cerca de 5 mil pastillas de éxtasis que pretendía vender en uno de sus conciertos.
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La droga que portaba el cantante, de nacionalidad holandesa y radicado en Colombia, era traída de su país de origen “de manera pura”, detalló Manuel Ruiz Romero, fiscal seccional regional de Barranquilla.
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El fiscal advirtió que artistas urbanos pueden ir a prisión como Jacobs, no solo por posesión de droga, sino por sus temas.
“Yo encontré una sentencia de la Corte Constitucional, muy vieja, del noventa y pico, y ella habla de que el derecho a la libertad de expresión tiene unos límites y esos límites terminan cuando empieza esa libertad de expresión a afectar bienes colectivos como la salud pública y la seguridad pública. Entonces no es cierto que ellos puedan cantar lo que ellos quieran”, declaró.
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