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Las horas posteriores a la golpiza que terminó con la vida del estudiante de la Universidad de los Andes, Jaime Esteban Moreno, fueron reconstruidas por la Fiscalía y la defensa del segundo implicado, Ricardo González Castro, durante la audiencia de medida de aseguramiento realizada este jueves 13 de noviembre. Testimonios, videos y declaraciones de su jefe en el centro de Bogotá permitieron establecer qué hizo el joven tras la agresión ocurrida la madrugada del 31 de octubre.
Según el argumento de la fiscal Elsa Reyes, González regresó a su trabajo en un puesto de comidas rápidas en el sector de San Victorino al día siguiente de los hechos, el 1 de noviembre, y cumplió el horario laboral que tenía pactado desde el mes de abril de 2025, fecha en la que atendía el 'food truck', ubicado en un centro comercial del centro de la capital. La funcionaria de la entidad de investigación y acusación leyó un testimonio que sería clave para determinar los hechos ocurridos ese día: fue el del jefe del joven procesado, identificado por las iniciales J. C. G. El hombre aclaró que Ricardo empezó a trabajar con él desde diciembre de 2024 hasta el mes de febrero de 2025, cuando renunció y se fue a trabajar en otro lugar como vigilante, pero que "no duró mucho tiempo ahí porque tuvo inconvenientes por temas de que tomaba mucho licor", y finalmente regresó.
“El primero de noviembre trabajó Ricardo hasta las tres de la tarde y (el testigo) dijo que tenía la ropa del día de ayer, con las orejas de conejo y la ropa negra puesta”, leyó la funcionaria durante la diligencia. De acuerdo con lo relatado por el jefe del joven, ante la entrevista con las autoridades, no había notado nada extraño hasta la hora de salida. Conforme con el testimonio “tenía el trabajo atrasado, yo le llamé la atención y lo dejé trabajando animado, pero después de las tres de la tarde me llamó y me dijo que me necesitaba”.
El hombre relató a los agentes de la Fiscalía que cuando llegó al lugar encontró a su empleado llorando, con un celular en la mano. “Me muestra una foto con tres personas que habían capturado por el caso del homicidio del estudiante de Los Andes. Cuando me muestra la imagen le pregunto si él estaba con ellos y me dice que sí”, indicó. Según ese testimonio, González Castro le confesó que sabía que estaban buscando a una cuarta persona relacionada con la agresión y que él sabía que era esa persona.
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“El me dijo que si había visto la noticia donde decían que estaban buscando a un cuarto agresor y me dijo que era él. Yo le pregunté qué era lo que había hecho y me dijo que solo lo había empujado. Trabajó ese sábado hasta las cuatro de la tarde. Como a las siete, Ricardo me escribió en otro número y me dijo que estaba viajando”, declaró el jefe.
Las cámaras de seguridad de San Victorino confirmaron parte de esa versión. En los videos conocidos por Noticias Caracol se observa a González llegar al punto de trabajo el sábado 1 de noviembre, 30 horas después del ataque. Vestía la misma ropa del día anterior y un canguro negro cruzado en el pecho. En las grabaciones se le ve alistando su puesto de venta de perros calientes y conversando con trabajadores del sector.
Un testigo que lo conocía aseguró a este medio que “él llegó como a las 9:30 de la mañana y me comentó que había tenido un problema, que se había agarrado a pelear, y tenía raspado el codo y los dedos”. Según ese relato, González no parecía consciente de que la víctima había fallecido. “Sinceramente, él estaba inocente. Dijo que lo había dejado golpeado, que le había dado una golpiza muy dura, pero no sabía que el muchacho había fallecido. Porque vino a cumplir con su horario que él tenía que cumplir”, añadió.
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El mismo trabajador relató que después del mediodía de ese sábado, González cerró su puesto y se fue. “Nos damos cuenta como a las 2:30 o 3 de la tarde de que ya no estaba ahí, porque le pregunté a otro compañero y me dijo que se había ido porque la familia lo había llamado, que le iban a poner un puesto por allá donde él vive”, dijo. Minutos después, otra cámara de seguridad registró al joven corriendo por la zona, lo que coincidió con el relato de su jefe.
La defensa de González Castro sostuvo este 13 de noviembre durante la audiencia que el joven se enteró de la muerte de Jaime Esteban Moreno en ese momento, cuando vio la foto en redes sociales y la noticia de la captura de los otros tres implicados. “Narró que lo vio decaído, que se pusiera a trabajar, que estaba muy desordenado el puesto y cuando volvió y bajó lo encontró llorando. Le preguntó que qué tenía y le mostró una foto. Eso es lo que debe examinar, señora juez: el momento en el que él se entera de lo acontecido, cuál fue esa conducta posterior, qué fue lo que hizo”, explicó la abogada Marcela López.
“¿Qué hizo cuando se enteró, en medio de las capturas y el fallecimiento de este hombre? Lloró, señora juez. Por lo que había sucedido, el miedo, angustia y ¿qué hace un joven, un niño? Va a su entorno familiar, al domicilio, a su casa. Y eso fue exactamente lo que hizo”, añadió la defensora.
De acuerdo con el testimonio del mismo empleador, el domingo 2 de noviembre, la mujer disfrazada de azul —la misma que fue vista junto a los agresores la noche del ataque— llegó hasta su negocio preguntando por el joven. “Llegó preguntando por Ricardo y yo le dije que ya no trabajaba conmigo. Ella respondió: ‘ya se voló ese H.P’. Recuerdo que me dijo que si yo no sabía del problema tan H.P. en el que estaba Ricardo, que estaba involucrado en el homicidio del estudiante de Los Andes. Después me comentó que la novia de Ricardo también se había volado con él”, le relató el testigo J. C. G. a la Fiscalía.
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El lunes 3 de noviembre, el mismo hombre recibió una llamada del padre de González, quien le manifestó no tener noticias de su hijo. “Le dijo que Ricardo no contestaba el celular de donde lo llamó”, aseguró en su declaración, citada por la Fiscalía en la audiencia del 10 de noviembre.
Respecto a huir de la capital, la abogada Marcela López señaló en su momento, en entrevista con Noticias Caracol, que su cliente no huyó de las autoridades, sino que se desplazó a Cartagena para reunirse con su familia. “Ya tiene materializada su captura, ya le leyeron sus derechos en presencia de la defensa y del Ministerio Público”, informó. “No es cierto que el joven haya huido. El motivo de su viaje fue que tiene su arraigo familiar en esa ciudad. Se ha especulado mucho de que salió huyendo y no. Él vino a donde su núcleo familiar primario: sus hermanos, papá y mamá. El mismo padre ha señalado la importancia de presentarse ante la justicia y aclarar la situación, y eso hizo”, precisó.
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La orden de captura contra González Castro fue emitida el 7 de noviembre por el Juzgado 57 Penal Municipal con función de control de garantías de Bogotá. El lunes 10 de noviembre, a las 7:10 de la mañana, el joven se presentó voluntariamente en la Unidad de Reacción Inmediata (URI) de la Fiscalía en el barrio Canapote, en Cartagena, junto a su defensora. Servidores del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) hicieron efectiva la detención.
En un comunicado oficial, la Fiscalía General de la Nación informó: “Servidores del CTI hicieron efectiva la orden de captura contra un hombre que estaría implicado en la agresión y posterior muerte de un estudiante universitario, el pasado 31 de octubre, en la localidad de Barrios Unidos en Bogotá. El sindicado se presentó en las instalaciones de la URI Canapote, en Cartagena, para atender el requerimiento judicial en su contra”.
Ese mismo día en la tarde fue judicializado y la fiscal Elsa Cristina Reyes le imputó el delito de homicidio doloso agravado. La funcionaria pidió una condena de entre 400 y 600 meses de prisión. El imputado no aceptó los cargos. Por lo pronto, la diligencia de este jueves se suspendió para el día 14 de noviembre, cuando la jueza tomará una decisión sobre la medida de aseguramiento del señalado.
LAURA NATHALIA QUINTERO ARIZA.
NOTICIAS CARACOL DIGITAL.