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A pocos días de cumplirse un mes del hallazgo del cuerpo sin vida de Valeria Afanador en las aguas del río Frío, la investigación aún no ofrece respuestas concluyentes. La Fiscalía General de la Nación informó a la familia que mantiene abiertas dos hipótesis sobre lo ocurrido con la niña de 10 años, desaparecida el 12 de agosto en el colegio Gimnasio Campestre Los Laureles, en Cajicá. Mientras tanto, la institución educativa adoptó la primera decisión laboral frente a uno de sus docentes.
(Lea: Nueva decisión en caso de Valeria Afanador por pruebas clave: familia radicó tutela contra Fiscalía).
Según el reporte entregado a los padres este lunes 22 de septiembre, las dos líneas de investigación se relacionan, por un lado, con las omisiones del plantel y, por otro, con la eventual participación de una persona externa. Así lo explicó el abogado de la familia, Julián Quintana, en declaraciones a Red+ y otros medios de comunicación tras una reunión con el ente de indagación e imputación: “La primera, la responsabilidad de los empleados y de la rectora del colegio, en este caso, por las graves omisiones; y la segunda, que fueron muy enfáticos, un tercero en el lugar de los hechos que haya sido la persona también que produjo el deceso, la muerte, el homicidio de Valeria. Esas dos hipótesis las sigue manejando la Fiscalía, siguen recolectando elementos de prueba y sin duda alguna vamos a coadyuvar con esas dos hipótesis por parte de esta representación de las víctimas”.
Se debe recordar que la desaparición de la menor ocurrió durante el receso escolar. Testimonios indican que tras recibir un balón del profesor de educación física, Valeria se dirigió sola a la cancha. La profesora encargada de vigilarla señaló que intentó que se quedara en el comedor, pero la niña prefirió apartarse. Después, la docente atendió a otros estudiantes y no volvió a verla. Pasaron casi tres horas hasta que, hacia la 12:00 p. m., los padres fueron notificados de la desaparición. Ese lapso es objeto de cuestionamiento por parte de la familia, que insiste en que se trató de un tiempo crucial en el que pudo haberse activado un plan de búsqueda más amplio. De esta forma también lo calificó la Defensoría del Pueblo en un informe en el que se concluyó que hubo múltiples fallas institucionales en la búsqueda de Valeria. Una de las principales críticas fue la demora del colegio en reportar la desaparición: “Durante las tres horas que el personal del colegio destinó a la búsqueda de la niña, se habrían podido ejecutar acciones coordinadas con las autoridades municipales para establecer controles en las entradas y salidas del municipio”, dice el documento.
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Dentro de la primera línea de investigación, la Fiscalía citó a declarar a la profesora que estuvo con Valeria en el descanso y al docente de educación física. Estas diligencias se programaron para el 16 de septiembre, con la primera declaración en la mañana y la segunda en la tarde. Paralelamente, el ente acusador le pidió a la rectora, Sonia Inés Ochoa, entregar documentos relacionados con la trayectoria académica de la menor, su caracterización como estudiante y protocolos internos de acompañamiento en actividades escolares.
En cuanto a la segunda hipótesis, la Fiscalía busca establecer si alguien externo pudo haber intervenido. El informe forense determinó que la niña murió el mismo día de su desaparición por ahogamiento, sin signos de violencia física ni daños en la ropa. No obstante, se investiga cómo salió del colegio y si fue inducida a hacerlo por un tercero. Los videos de seguridad muestran que la menor estuvo cerca de una cerca viva, a la que entró y de la que salió en varias ocasiones antes de desaparecer.
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El 29 de agosto, tras 18 días de búsqueda en los que participaron bomberos, autoridades y voluntarios, el cuerpo de Valeria fue hallado a 300 metros del colegio, en una zona que ya había sido inspeccionada. El hallazgo aumentó las dudas de la familia, que ha rechazado la versión de que la niña se hubiera dirigido sola al río.
En medio del proceso, la familia Afanador presentó una acción de tutela en la que alegó falta de acceso a las pruebas recolectadas. En el documento, pedían copias de videos de seguridad, registros de llamadas, dibujos realizados por los estudiantes y elementos personales de la menor. También solicitaron la verificación de protocolos del colegio y un listado de las personas presentes el día de los hechos.
Quintana explicó que “existía cierto malestar por parte de la representación y la familia en que no nos habían dado acceso al expediente. Hoy logramos conjurar de manera preliminar ese impasse. El día miércoles la Fiscalía nos va a entregar la totalidad del expediente para que los investigadores privados puedan hacer el análisis riguroso”. Ante ese compromiso, la familia evalúa retirar el recurso judicial. Se espera que en octubre se conozcan los primeros resultados concretos sobre las dos líneas de investigación.
En el ámbito escolar, el padre de Valeria, Manuel Afanador, dio a conocer a Citytv que el Gimnasio Campestre Los Laureles finalizó el vínculo laboral con uno de los docentes que fue entrevistado por la Fiscalía. La decisión se tomó en medio de la polémica que rodea al colegio por sus protocolos de seguridad y la supervisión de los estudiantes durante la jornada.
El padre de la menor explicó que las entrevistas forman parte del material al que esperan tener acceso para comprender qué ocurrió. “Las entrevistas que se hicieron hacen parte ya de todo el material documental a la cual esperamos que prontamente nuestro equipo judicial pueda tener acceso y tratar de entender qué está pasando y pues sabemos que siguen haciendo entrevistas, siguen haciendo investigaciones, siguen haciendo vinculación de llamadas y un montón de tareas de policía judicial que esperemos que para el próximo 22 de octubre, que es nuestra próxima reunión, ya podamos tener algún resultado mucho más cuantificable”, manifestó al canal mencionado.
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Hay que destacar que el día de la desaparición, los docentes intercambiaron mensajes en un chat de WhatsApp. En esos registros, revelados por Noticias Caracol, se lee cómo se preguntaban si alguien había visto a Valeria y señalaban lugares donde solía estar. Una maestra escribió: “Buen día. ¿Alguien ha visto a Valeria Afanador? Los niños están corriendo buscándola y dicen que no aparece por ningún lado”. Otros mensajes confirmaban que la niña no asistió a la clase de arte ni estaba en las áreas comunes.
Esto fue lo que se dijo en el chat de profesores del colegio el día en que desapareció Valeria Afanador:
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Profesora 1: “Buen día. ¿Alguien ha visto a Valeria Afanador? Los niños están corriendo buscándola y dicen que no aparece por ningún lado”.
Profesora 2: “Normalmente se va al salón donde Mr. Diego tiene los materiales”.
Profesora 3: “No aparece”.
Profesora 4: “Ella no llegó a clase de sount art… ¿Estará cerca del salón de música?”.
Profesora 5: “En los edificios no está y preescolar tampoco”.
Alrededor del mediodía se activó una alarma de evacuación, con la que estudiantes y maestros realizaron una búsqueda más organizada. Hacia las 2:00 p. m., el cuerpo de bomberos fue notificado y se desplazó hasta el río cercano al colegio. En ese momento, también se recogieron los videos de seguridad, entregados a la Policía para su análisis.
La investigación penal inició como un caso de desaparición forzada a cargo de la Fiscalía Primera Especializada Gaula de Cundinamarca. Posteriormente, tras el hallazgo del cuerpo, la indagación pasó a la Fiscalía 01 de Vida de Zipaquirá, bajo la tipificación de homicidio.
LAURA NATHALIA QUINTERO.
NOTICIAS CARACOL DIGITAL.