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Con disparos y machetes, militares y campesinos se enfrentan por erradicación de coca en Riosucio

Los choques, que ajustan tres días, dejan tres labriegos heridos. “No es justo que los colombianos nos estemos matando", dice un civil. Preocupantes imágenes.

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No es justo que los colombianos nos estemos matando con nuestra misma generación”. Son las palabras de un campesino que en Riosucio, Chocó, encaró a militares del plan de erradicación de hoja de coca.

Su voz quedó grabada en video, como también el momento en que algunos de sus compañeros enfrentan con machetes a otros uniformados, y el instante en que uno de los miembros del Ejército dispara ráfagas de fusil.

Los choques se vienen presentando desde el fin de semana en un sector conocido como Puerto Escondido.

Las imágenes obtenidas por Noticias Caracolprenden las alarmas sobre el grave panorama que se vive en esa zona del occidente del país, que se suma a otra grave situación en la que subsisten habitantes de nueve municipios del Chocó, entre ellos el Alto Baudó.

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Una comisión de la Defensoría del Pueblo, la Procuraduría y la oficina de postconflicto estuvieron en las últimas horas en la zona alta del río Salaquí, epicentro de los enfrentamientos entre los campesinos y los militares.

Ellos estaban verificando lo que está sucediendo desde el domingo 28 de febrero entre Ejército, que custodia a los erradicadores de hoja de coca, y más de 1.000 campesinos que piden un plan de sustitución de cultivos.

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Las tensiones comenzaron cuando los trabajadores de la cuenca alta el río Salaquí llegaron hasta Puerto Escondido, hasta el campamento de los erradicadores manuales de hoja de coca que protege el Ejército.

“Nosotros estamos sembrando la coca porque es la única herramienta que el Estado nos ha dejado para nosotros sobrevivir en este territorio con nuestras familias”, se escucha que dice uno de los manifestantes.

“Si tuviéramos vías, si tuviéramos el producto, viviendas dignas, téngalo seguro que nosotros no sembraríamos una mata de coca”, señala.

No es justo que nosotros los colombianos nos estemos matando con nuestra misma generación”, agrega.

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A estas palabras le siguieron fuertes enfrentamientos. Los campesinos amenazaban con sus machetes, al tiempo que el Ejército respondía con ráfagas.

Fueron más de 20 minutos de disparos e insultos. Como era previsible, los hechos dejaron heridos.

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“En el desarrollo de los hechos resultaron heridas tres personas de la población civil. Rechazamos tajantemente la protesta social violenta y el intento de irrumpir en nuestras bases de patrullas móviles con palos y machetes para atacar a los civiles que están trabajando como erradicadores”, dice el general Juvenal Díaz Mateus, comandante de la Séptima División del Ejército.

La Personería de Riosucio activó todas las alertas.

“Como personera y garante de la defensa de los derechos humanos he activado las rutas pertinentes y las alertas, he avisado a la Defensoría Regional de Urabá, a la Cruz Roja y la Procuraduría Regional del Chocó. Lo que importa es la comunidad, que no haya más heridos y se llegue a nuevos acuerdos”, manifiesta Yania Yurgaky Pineda, la personera de Riosucio.

El alcalde local, Conrad Valoyes, también llamó al respeto a las autoridades y a que los uniformados no ataquen a la comunidad y respeten los derechos humanos.

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Estas comunidades son las mismas que el pasado 9 de febrero, en una caravana de embarcaciones por el río Salaquí hasta Riosucio, por el Atrato, llegaron para pedir que les dieran una opciones de vida distinta a la de sembrar hoja de coca para los carteles del narcotráfico.

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