Zonas donde antes se temían emboscadas o fraguaban ataques son actualmente lugar de improvisadas guarderías. Guerrilleros construyen allí las familias que la guerra les impedía.
Aunque en La Carmelita, Putumayo, se encuentran 300 hombres del bloque sur y esta solía ser una zona de combate, ahora balbucean bebés recién nacidos. Ellos son hijos de los guerrilleros de FARC que dijeron no más al conflicto armado.
Las mamás reconocen que decidieron quedar en embarazo cuando vieron que el proceso de paz iba por buen camino.
“Cuando estábamos en la guerra no se pensaba eso”, dice Rodrigo, uno de los guerrilleros de las FARC que se estrena como padre.
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Sin saberlo, estos niños en pañales hacen parte de una historia de reconciliación.