El Congreso de la República eliminó de la ley de regalías el artículo 210 que planteaba beneficios para las multinacionales que exploten hidrocarburos mediante el polémico método conocido como fracking.
Muchos se preguntan si así se acaba el fracking en Colombia: la respuesta es no.
Lo que en realidad se cayó fue el incentivo que pretendía darles un menor pago de regalías.
“Ese incentivo consistía en que solamente pagaban una regalía del 60%, una regalía menor a las de los campos convencionales”, explica Maritza Martínez, coordinadora ponente de la ley de regalías.
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Según Efraín Cepeda, senador del Partido Conservador, “el artículo del fracking que se hundió de ninguna manera ni legalizaba ni prohibía el fracking; lo que hacía era incrementar los impuestos y las regalías”.
Sin embargo, algunos representantes a la Cámara como César Pachón sostienen que sí se “salvó al país del fracking”.
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“El gobierno terminó aceptando que era un mico, que era la base jurídica para la explotación de petróleo contaminando agua. Es una batalla que ganamos”, dice.
Organizaciones que se oponen al fracking celebraron la decisión de las comisiones de conciliación, pero hicieron una advertencia.
“Eso no significa que hayamos ganado, es una batalla, es un camino que lleva varios años y que nos va a tardar muchos años más porque el gobierno sigue con su cuentico de los pilotos de fracking”, afirma Carlos Andrés Santiago, de la ONG Colombia Libre de Fracking.
Actualmente, en Colombia solamente los proyectos pilotos están autorizados por el Consejo de Estado. Si el alto tribunal autoriza la explotación general mediante este sistema no habrá ningún descuento en las regalías que deben pagar las petroleras que acudan a dicha metodología.
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