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Las autoridades de Barranquilla, en el departamento del Atlántico, confirmaron este lunes un nuevo fallecimiento por la intoxicación masiva de licor adulterado. Son ya 13 personas las fallecidas de las 25 que sufrieron algún tipo de efecto por la intoxicación.
Los médicos informaron que todavía se encuentran hospitalizadas 15 personas, de las cuales ocho están en unidades de cuidados intensivos. Dos personas han sido dadas de alta y ocho fallecieron en los diferentes centros de salud. Asimismo, se informó que era posible que se dieran más fallecimientos. En efecto, más personas han muerto producto del consumo de bebidas alcohólicas vendidas en botellas en agua y preparadas, al parecer, de manera irregular sin cumplir con la normativa sanitaria para este tipo de productos.
En medicina legal, familiares de algunas de las víctimas esperan que les entreguen los cuerpos de sus seres queridos. “Esa fue una sorpresa para mí porque a mí me avisaron que tenía un dolor de barriga. Yo fui corriendo al hospital, pero cuando yo fui ya lo tenían acá en Medicina Legal. Tenía 39 años. Él era cotero”, manifestó una de las familiares de las víctimas. Este lunes 29 de septiembre se confirmó la víctima número 13.
De acuerdo con Caracol Radio, la víctima mortal fue identificada como Rafael Eduardo De Alba Fontalvo, de 75 años. El hombre se encontraba internado en la sala de cuidados intensivos del Hospital General de Barranquilla. El reporte médico indica que De Alba Fontalvo ingresó al centro médico el 24 de septiembre, luego de ser trasladado desde el sector conocido como El Boliche, donde ocurrió la intoxicación masiva.
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El consumo de licor adulterado representa una grave amenaza para la salud de quienes lo ingieren, incluso en pequeñas cantidades. Estas bebidas, producidas de forma clandestina, suelen contener sustancias tóxicas como el metanol, un alcohol industrial utilizado en productos como anticongelantes y disolventes. A diferencia del etanol, que es el componente permitido en bebidas alcohólicas, el metanol puede provocar efectos devastadores en el cuerpo humano.
Las consecuencias más comunes incluyen alteraciones visuales como visión borrosa, destellos alrededor de los objetos y, en casos graves, ceguera irreversible. También se presentan síntomas como dolor de cabeza intenso, vómitos, dolor abdominal, dificultad para respirar, convulsiones y pérdida de coordinación motora. Estos efectos pueden aparecer pocas horas después del consumo o incluso hasta 30 horas más tarde, lo que complica el diagnóstico temprano.
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Además de los síntomas inmediatos, el licor adulterado puede causar daños neurológicos severos, afectaciones en el hígado y los riñones, y en algunos casos, llevar al coma o la muerte. El riesgo aumenta cuando las bebidas se adquieren en lugares no autorizados, sin control sanitario, y con empaques falsificados que imitan marcas reconocidas.
Ante cualquier sospecha de intoxicación, es vital acudir de inmediato a un centro médico. Los remedios caseros no son efectivos y pueden agravar la situación. Las autoridades sanitarias recomiendan verificar siempre el origen del licor, revisar etiquetas, sellos de seguridad y evitar el consumo de bebidas artesanales o de dudosa procedencia.
La sonrisa en el rostro de Ricardo Molina lo dice todo. “Yo pensé que me iba a morir, pero gracias a Dios estoy con vida”, dijo en Noticias Caracol. Este hombre de 60 años es una de las personas intoxicadas con un licor que contenía metanol que ingresó a la red hospitalaria de Barranquilla. Lamentablemente, once personas han muerto tras la intoxicación masiva.
Molina narró que “cuando ya iba en la segunda botella sentí el sabor diferente. Entonces, paré el consumo, comencé a sentir malestar en el estómago y me vine para el hospital”. En una de las salas de hospital, Noticias Caracol habló con Oscar Vizcaíno, un habitante de calle, quien recordó cómo algunas personas aprovecharon el momento en que le estaban brindando atención a la persona que preparó el licor para llevarse el líquido que había quedado envasado. “Después que lo llevaron a él al hospital, allá quedaron botellas en la mesa y más de uno las cogió y se las tomó. Esos se murieron. Yo no sé por qué estaré con vida porque yo cogí una botellita, me tomé dos tragos y los demás me pidieron a mí y se las di”.
MATEO MEDINA ESCOBAR
NOTICIAS CARACOL