Once militares y un policía que colaboraban en el traslado de material electoral fueron las víctimas mortales de un ataque perpetrado por el ELN en zona rural de Güicán, Boyacá.
La masacre, perpetrada un día después de las elecciones fue rechaza a una sola voz por la sociedad civil que condenó el acto e hizo un firme llamado a esa guerrilla para acabar con los hechos de violencia.