En primera instancia, la Procuraduría General consideró que el homicidio del excombatiente de las FARC Dimar Torres habría obedecido a una venganza por el crimen de un soldado profesional en el Catatumbo.
Por ello, sancionó disciplinariamente a un coronel, un cabo y tres soldados.
El coronel Jorge Armando Pérez Amézquita fue hallado disciplinariamente culpable por ser el determinador del crimen.
“Esto es tomar venganza y administrar justicia a través de sus subalternos, pues así se desprende de expresiones como ‘nos toca sacarnos está porque con esa no me quedo’, ‘no necesito reportar nada, necesito es vengar la muerte del soldado’”, aseguró el Ministerio Público.
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En la audiencia virtual, la Procuraduría dijo que en todo momento los miembros del Ejército vinculados pensaron en asesinar y no en judicializar al desmovilizado a quien culpaban de la muerte del soldado.
También fue destituido e inhabilitado por 14 años el cabo segundo Daniel Eduardo Gómez Robledo, señalado de cometer el homicidio.
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Por otro lado, los soldados David Casilimas Pulido, William Andrés Alarcón Castrillón y Yorman Alexander Buriticá Duarte, que al parecer ayudaron a limpiar la escena del crimen, fueron destituidos e inhabilitados por 12 años.
En el proceso penal ante un juez de la república, hay un solo condenado producto de un preacuerdo. El resto de uniformados están a la espera de que inicie el juicio en su contra.
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