La nueva sentencia contra Ramón Isaza y otros 59 exintegrantes de las Autodefensas del Magdalena medio, relata más delitos atroces cometidos por ese grupo.
Las narraciones desgarradoras dan cuenta de ataques a mujeres y niños. La magistrada Teresa Jiménez leyó así uno de los episodios contra una mujer víctima de abuso sexual.
La señora no poda salir a la calle porque donde la veían la hacían que se subiera a la moto para llevarla a un lugar conocido llamado Risaralda y allí la hacían desnudar y la accedían, siempre con amenazas apuntándole con arma de fuego, un revolver, y una vez saciaban sus deseos sexuales la llevaban a la entrada del pueblo.
Las otras víctimas sobre los que se escuchó un desgarrador relato durante la audiencia son menores de edad. Según consta en el expediente, los sometían a trabajos forzados en un islote en el río Magdalena.
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En su permanencia en la isla, José Franco observó que los jóvenes que se negaban a realizar trabajos permanecían con grilletes en los pies y así debían laborar y adicionalmente eran desnudados y atados a un árbol de mangos para que los atacaran los zancudos.
Como estos, las cinco mil páginas de la sentencia están llenas de relatos de miles de crímenes por los que Isaza y sus hombres fueron hallados culpables. Además, los responsabilizan de lanzar cientos de cuerpos al río Magdalena.
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Por estos hechos, Isaza será condenado en esta ocasión a 40 años de cárcel. Sin embargo, no pagará un día de prisión porque en su momento se acogió a Justicia y Paz, que le dio beneficios a los paramilitares. Y ya pagó los 8 años de cárcel que es la pena máxima en esa jurisdicción.