¿Dónde pasar la noche? ¿Qué comer o vestir mañana? ¿Dónde están los vecinos desaparecidos? Preguntas como estas son las que hoy formulan 170 familias en Viotá, Cundinamarca, afectadas por deslizamientos de tierras producidos por las lluvias que azotan al departamento.
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El gran desplazamiento de piedras de 100 toneladas, lodo y árboles dejó a la familia Téllez con solo la ropa que tenían puesta.
“Lastimosamente, cuando uno ve las cosas por las noticias uno dice ‘es muy fuerte’, pero cuando uno las vive en carne propia (…) Ver esa familia cómo quedó. Por ellos estamos vivos nosotros”, dijo Sussan Téllez, damnificada por las lluvias y vecina de las víctimas fatales que deja la emergencia invernal.
“Volver a empezar de cero, porque al menos la casita era lo más importante que yo tenía”, dijo entre lágrimas Fernando Téllez, comerciante afectado que antes de perder su casa había sido víctima de tres robos.
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La madrugada del domingo comenzó con la evacuación de las últimas personas, seguido por un comité de Gestión de Riesgos donde el gobernador, la Cruz Roja, los Bomberos, la Defensa Civil y el Ejército Nacional hicieron presencia.
“Aquí nosotros, con la calamidad pública, tenemos la posibilidad de hacer inversiones directas y si se trata de un inmueble que es propiedad nuestra, pues va a ser mucho más fácil comenzar ese proceso, y la garantía es que quede aquí, desde la gestión de riesgo departamental, nuestra obligación es pagar esos arriendos y entregar kits permanentes a esas familias”, señaló Nicolás García, gobernador de Cundinamarca.
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La Alcaldía Local confirma que son 200 derrumbes los que están obstruyendo vías y generando el desplazamiento de las familias.
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